
La inversión de más de mil millones de euros en la ampliación norte del Puerto de Valencia por parte del gigante italo-suizo MSC está en estos momentos en el aire, pendiente de que el Gobierno de España exija o no una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para acometer la actuación que permitiría al recinto valenciano doblar su actual tráfico de contenedores.
Tal escenario lo reconoció abiertamente este jueves el presidente de MSC en España, Francisco Lorente, tras reunirse con el alcalde de Valencia. Tanto el propio Joan Ribó como la consellera de Emergencia Climática, Mireia Mollà, ambos de Compromís, están haciendo fuerza para que el megaproyecto cuente con una Declaración de Impacto Ambiental actualizada, ya que la existente data del año 2007 y responde al proyecto de ampliación inicial.
La iniciativa original contemplaba el muelle de carga en el lado opuesto, pero al considerar el Puerto de Valencia que la ampliación iba a nacer pequeña apostó por desarrollar un muelle más amplio pegado al nuevo dique de abrigo (lo que implica destruir un contradique recién construido). Además, al ser el nuevo más amplio, requerirá una mayor cantidad de material de relleno, parte del cual se obtiene del dragado del lecho marino más allá del puerto.

La Autoridad Portuaria de Valencia que preside Aurelio Martínez (nombrado a propuesta del PSPV) defiende que no es necesaria porque las modificaciones sobre el proyecto inicial están en el interior del perímetro de los diques de abrigo. Pero el departamento autonómico que controla Compromís insiste en que sí es pertinente y ha pedido al Ministerio para la Transición Ecológica que solicite al puerto una nueva DIA "de oficio".
Ello, según afirmó Martínez este viernes, podría retrasar la ampliación "entre tres y cinco años", y es por esta razón que MSC no solo contempla retirar su inversión de más de mil millones en la ampliación, sino también marcharse de la ciudad. La compañía, que en la actualidad tiene una terminal mucho más pequeña, quiere "poder concentrar todo el volumen de actividad en una sola terminal", y alerta de que, si no lo consigue, reducirá la actual a "usos domésticos y poco más".
1.380.000 metros vs. 337.000
Para MSC el retraso sería fatal, ya que su terminal actual es de tan solo 337.000 metros cuadrados, muy lejos de los 1,38 millones de metros previstos en la nueva -que además, al ser automática o semiautomática, contaría con una capacidad exponencialmente muy superior-.
En la actualidad MSC ya desvía el grueso de su tráfico de contenedores a la terminal de Cosco al contar con muy poco espacio en la suya, de modo que, en caso de encontrarse en Valencia con un retraso adicional de al menos tres años hasta lograr la ampliación norte, contemplaría alternativas al recinto de la capital del Turia.
Al respecto, el propio Aurelio Martínez agregó que estaría en peligro "el futuro de todo el puerto". ¿La razón? Que además de perder el actual tráfico de MSC se quedarían sin la única oferta para construir la nueva macroterminal, que fue la presentada por la propia multinacional.