En un mercado turístico tensionado por la inflación, la saturación de destinos y la creciente regulación del alquiler vacacional, el intercambio de casas empieza a emerger como una alternativa sólida, sostenible y cada vez más rentable. En 2025, HomeExchange, la principal plataforma global de este modelo, prevé superar los 77.000 intercambios de casas en España, un hito que confirma el auge de esta fórmula colaborativa de viajar.
En 2024, la plataforma ejecutó 464.800 intercambios y superó la cifra de 1,2 millones de pernoctaciones en todo el mundo, creciendo un 34% respecto al año anterior. Unas cifras que este año volverán a quedarse cortas: hasta principios de julio se habían formalizado más de 1.362.000 pernoctaciones, batiendo ya sus récords anuales.
España se ha convertido en su segundo mercado mundial, con más de 30.725 miembros (casi 8.000 más que a finales del pasado año) y 41.000 viviendas registradas en España, solo por detrás de Francia y por delante de Estados Unidos.
A diferencia de las plataformas de alquiler turístico, HomeExchange no intermedia pagos entre particulares. Su modelo se basa en una suscripción anual de 175 euros, que permite a los miembros realizar intercambios ilimitados durante el año.
A cambio, ofrecen su vivienda —ya sea primera o segunda residencia— a otras familias que hacen lo mismo. No obstante, desde la compañía se matiza que no hay constancia de que las segundas residencias hayan sido el principal motor del crecimiento en España, donde siguen siendo mayoritarias las primeras residencias.
La compañía cerró 2024 con unos ingresos globales superiores a los 32 millones de euros. Para hacer su modelo rentable, la plataforma cuenta con un sistema de puntos —los llamados GuestPoints— que permite realizar intercambios no recíprocos, aumentando la flexibilidad del servicio. Además, existe un programa de fidelización que reduce el coste de la renovación anual para quienes mantienen su suscripción activa.
La media de ocupación por vivienda es de 17 noches al año, lo que subraya la baja rotación del modelo frente al alquiler turístico tradicional. "Estamos hablando de familias que viajan en vacaciones, puentes o fines de semana. No hay una rotación constante de huéspedes como en un apartamento turístico", explica su representante en España, Pilar Manrique.
Las comunidades autónomas con mayor número de casas registradas son Cataluña —la cuarta con mayor actividad en todo el mundo—, Andalucía, Madrid, Comunidad Valenciana y País Vasco. Los miembros de la plataforma en España optaron por desplazarse a Francia, Reino Unido, Alemania, Países Bajos e Italia.
Por su parte, los extranjeros que visitaron el país procedían mayoritariamente de Francia, Alemania, Holanda, Canadá y Reino Unido. "España es un país con una cultura hospitalaria y un enorme atractivo turístico, lo que ha favorecido el crecimiento del modelo", señala Manrique.
El modelo de HomeExchange no solo reduce los costes para los viajeros, sino que también fomenta un turismo más humano. Al no haber transacción económica entre particulares, se evita la especulación inmobiliaria y se promueve el uso de recursos ya existentes. "Nuestra misión es hacer que un turismo responsable sea accesible para todos. Muchas familias no podrían permitirse viajar si no fuera por esta opción", explica la portavoz.
Además, el modelo permite a los viajeros alojarse en zonas no masificadas, integrarse en la vida local y disfrutar de una experiencia más auténtica. "No solo se intercambian casas, también se comparten bicicletas, coches, recomendaciones, incluso amistades", añade.
La plataforma prevé seguir creciendo de forma orgánica, apoyándose en su comunidad de usuarios, que recomiendan la plataforma a amigos y familiares. "La comunidad es el corazón del modelo. Sin comunidad, no hay HomeExchange", concluye Manrique. La empresa también continuará invirtiendo en marketing, publicidad y presencia en televisión para reforzar su posicionamiento.