Repsol expuso su compromiso con la descarbonización del transporte aéreo mediante la producción de SAF (combustible sostenible de aviación o sustainable aviation fuel, por sus siglas en inglés) durante el III Foro de Aviación "La hoja de ruta para una aviación sostenible", organizado por elEconomista.es el pasado miércoles. Carlos Suárez Cubillo, director de B2B y Aviación de Repsol, destacó la importancia de este combustible como una pieza estratégica en la transición hacia una aviación más sostenible.
El directivo subrayó a lo largo de sus intervenciones la necesidad de una colaboración intersectorial para asegurar un suministro adecuado de SAF y la importancia de un marco regulatorio claro para superar desafíos futuros como la reducción de la brecha de precios con los combustibles fósiles o el desarrollo de nuevas tecnologías, entre otros.
La compañía energética ha estado trabajando intensamente en la producción de SAF desde 2020, cuando decidió invertir en una planta de biocombustibles en su complejo industrial de Cartagena. Este combustible se ha convertido en un eje estratégico para la compañía multienergética, que considera tanto un reto como una oportunidad para transformar sus instalaciones industriales y conseguir una producción más sostenible. Suárez aseguró que la empresa ya cuenta con una capacidad de producción de 250.000 toneladas al año y puede producir diésel renovable y SAF a partir de residuos. "Es una realidad desde este mismo año", recalcó.
El SAF, según destacó Suárez, no solo ayuda a reducir las emisiones de CO2, sino que también abre nuevas oportunidades para el desarrollo de la industria. En este contexto, Repsol ha validado su uso en colaboración con un helicóptero de la Guardia Civil y un caza F-18 del Ejército del Aire español, lo que refuerza su papel en la descarbonización del sector.
Colaboración entre actores clave
Suárez señaló que la colaboración entre los diferentes actores de la industria ha sido crucial para el desarrollo y la comercialización del SAF. Las aerolíneas expresaron desde el principio su preocupación por la disponibilidad suficiente de este combustible para cumplir con la demanda futura. Suárez aseguró en esa línea que habrá suficiente SAF y que la firma de acuerdos con empresas como IAG, Volotea, Iberojet y Atlas Air (vuelos de carga que esta compañía realiza para Inditex), ayuda a impulsar las inversiones para su producción. Además, añadió que muchas aerolíneas ya están adelantando sus compras antes de la regulación gracias a las ayudas establecidas por la UE, aparte de su propio compromiso para ir más allá de la misma.
Por otro lado, destacó la importancia de la cooperación con las instituciones públicas, que juegan un papel fundamental a la hora de impulsar este tipo de tecnologías. Repsol aboga por un marco regulatorio que brinde seguridad jurídica a largo plazo, evitando cambios abruptos que dificulten la planificación de inversiones.
Suárez también abordó durante su intervención los retos regulatorios que enfrenta el SAF. Pese a que la normativa actual establece una obligación de uso del 2% hasta 2029 y del 6% en 2030, avisó de que el verdadero desafío será escalar la producción de e-fuels o combustibles sintéticos que se producen a partir de hidrógeno renovable y CO2 capturado de la atmósfera. Repsol ya cuenta, por ejemplo, con un proyecto de una planta piloto en las inmediaciones de Petronor para producir este tipo de combustible sintético, pero es necesario tiempo para el desarrollo de tecnologías que permiten escalar su producción a mayores volúmenes.
El director de B2B y Aviación de la compañía energética reconoció que aunque las normativas actuales plantean sanciones para quienes no cumplan con las cuotas de SAF, todavía falta claridad en los incentivos que podrían ofrecerse a las empresas que se adelanten en la adopción de este combustible. Y es necesario definir mecanismos claros de apoyo para acelerar la transición.
Escalar los proyectos y bajar los precios
El director de B2B y Aviación de Repsol explicó que la producción de SAF puede realizarse a partir de diversos materiales como residuos vegetales y animales, lo que supone una ventaja para la industria. No obstante, reconoció la complejidad logística que supone escalar estos proyectos para satisfacer una demanda creciente. A medida que los proyectos avancen, se espera lograr una mayor eficiencia en la producción y distribución del SAF.
En cuanto a los precios, Suárez señaló que el coste actual del SAF depende en gran medida del coste de las materias primas necesarias para su producción, por lo que la evolución del diferencial de precio entre el coste del petróleo y el de dichas materias primas marcará en gran medida su competitividad. A medida que avance la tecnología y escalen los proyectos para su producción el precio del SAF resultará cada vez más competitivo.
Repsol ve en el desarrollo de nuevas tecnologías una oportunidad para que la industria asuma un papel protagonista en España. Suárez concluyó que la actual situación de la aviación ofrece una "fantástica oportunidad" para avanzar en la descarbonización y aseguró que, aunque los retos son importantes, los avances tecnológicos y la colaboración entre sectores permitirán que el SAF se convierta en una herramienta clave para el futuro de la aviación sostenible.