
La accesibilidad en el transporte aéreo para personas con discapacidad sigue siendo un tema crítico a nivel global, y particularmente en Europa, donde las discrepancias entre la legislación vigente y las necesidades reales de este colectivo ponen de manifiesto una brecha significativa en materia de derechos e inclusión. Aunque se han logrado avances en las últimas décadas para garantizar una mayor accesibilidad en diversos ámbitos de la sociedad, el sector aéreo muestra todavía importantes lagunas en cuanto a la protección de los derechos de las personas con movilidad reducida. La legislación europea, diseñada para fomentar un entorno más inclusivo, se encuentra bajo escrutinio por no abordar eficazmente las barreras que estas personas enfrentan al viajar en avión.
Entre otros uno de los principales problemas que presenta la legislación europea es que las compañías aéreas tienen la potestad de denegar el embarque a las personas con discapacidad alegando falta de seguridad. En este sentido Airbus señala que Comúnmente a bordo viajan objetos de diversa naturaleza; las sillas de ruedas, manuales o eléctricas, etc. En el caso de las sillas eléctricas, tan sólo se deben considerar las típicas precauciones asociadas a productos que incluyen baterías algo que se soluciona desconectando y extrayendo dicha batería.
Desde el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), se señala este tipo de incidentes como " frecuentes". Las razones detrás de estos episodios incluyen la necesidad de ir acompañados, la falta de coordinación entre los servicios de asistencia de las compañías y los aeropuertos, y supuestas "razones de seguridad" que, para las organizaciones que defienden los derechos de las personas con discapacidad, no tienen fundamento.
La raíz del problema, según el CERMI, yace en un marco legal europeo que consideran insuficiente para garantizar la libre movilidad de las personas con discapacidad. Se critica especialmente al Reglamento de la UE del 5 de julio de 2006, por sus "graves carencias y limitaciones". Esta situación ha llevado al CERMI a demandar, en repetidas ocasiones, una reforma urgente de dicho marco legal, siendo la última petición en agosto de 2020.
Entre las principales demandas de reforma se incluye la eliminación de la posibilidad de que las aerolíneas denieguen el embarque a personas con diversidad funcional por razones de seguridad, la exigencia de viajar acompañados, tenido que hacerse cargo del coste del billete adicional y el requisito de preaviso para recibir asistencia durante el embarque que a día de hoy se debe hacer con al menos 48 horas de antelación.
El llamado a la acción no solo incluye la revisión del marco legal, sino también mejoras en la coordinación entre aerolíneas y servicios de aeropuertos, nuevos criterios de indemnización por pérdida o deterioro de equipos de asistencia, y un régimen sancionador más severo para aquellas compañías que incumplan con la normativa.
Desde la asociación de líneas aéreas (ALA) reconocen que "el entorno aeroportuario y aeronáutico muchas veces no es el más propicio para los desplazamientos de personas con problemas de movilidad o algún tipo de discapacidad, aunque se están haciendo avances hacia la inclusión" expone Javier Gándara presidente de la asociación de líneas aéreas.
Muestra de ello son los datos proporcionados por AENA a este medio, del número de asistencias solicitadas en los últimos años que reflejan un crecimiento exponencial de los viajeros con necesidades especiales. Este servicio conocido como "sin barreras" en 2023 asistió a 2.100.410 personas y obtuvo una valoración de 4,95 puntos sobre 5 según el gestor estatal. La asistencia se presta a lo largo de todo el recorrido por la instalación aeroportuaria, tanto en salidas como en llegadas y en conexiones, así como en los diferentes puntos del proceso a seguir (facturación, controles de seguridad, embarque y desembarque, recogida de equipaje, traslados por la terminal, ubicación en el asiento asignado del avión, etc.).
A pesar de los avances existen problemas muy recurrentes de rotura de material ortoprotésico sobre todo al viajar con silla de ruedas eléctrica. Esto es especialmente perjudicial. Ya que si se da el caso no es factible arreglar el desperfecto en el momento dejando inservible Lo que para muchos usuarios es la única manera de moverse. Marina Garcia usuaria de silla de ruedas apunta a que cuando viaja con la Handbike "suele al parecer deformada y como mucho te dan 1000 euros para la reparación pero 1000 euros no te cuesta ni una silla, ni una Handbike" apunta. A este respecto Los usuarios de silla de ruedas Reclaman que se forme al personal para qué se trate con mayor cuidado este tipo de material. "Viajo mucho en avión y en el único vuelo que han protegido la silla flejándola ha sido cuando fui a Canadá" cuenta Helena Tajuelo.
Otro punto que los usuarios con movilidad reducida ponen sobre la mesa es la falta, en la mayoría de los vuelos de una silla que permita a la persona poder ir al baño si lo necesita, lo que empuja a estos viajeros a aguantar sus necesidades durante horas, utilizar pañal o ir sondado, con la incomodidad que esto conlleva.
La solución despliega sus alas
El desarrollo de un contenedor es una solución que está siendo analizada y que se podría implementar, siempre y cuando, todo el sector aéreo lo contemple. "Necesitamos un procedimiento en el que entren en escena desde los administradores aeroportuarios hasta las aerolíneas, para que con una solución técnica para el transporte de sillas de ruedas se implemente para el uso por parte de las aerolíneas." Piden desde Airbus.
A este respecto Airbus ha diseñado un prototipo de una nueva caja de carga: el Airportainer. Se trata de un palé con una bolsa contenedora semirrígida que puede utilizarse para proteger sillas de ruedas y otros dispositivos de asistencia durante el transporte en la zona de carga. Podrá utilizarse con equipos convencionales de tierra y de carga. "Creemos que los daños sufridos por las sillas de ruedas durante el transporte de carga podrían reducirse significativamente." Comentan,
Desde hace unos años también se está estudiando la posibilidad de viajar en avión con sillas de ruedas personales, sobre todo en EE.UU., Canadá y el Reino Unido, y mientras tanto se debate en todo el mundo. Permitiría a los pasajeros en silla de ruedas permanecer durante el vuelo en su sistema de asientos, a menudo muy individualizado, sin necesidad de realizar diversas transferencias entre diferentes sillas de ruedas, como por ejemplo entre la silla de ruedas de a bordo y el asiento del pasajero. Debido a los casos de daños de sillas de ruedas durante el transporte en la zona de carga también se espera que el riesgo de daño o pérdida se reduzca significativamente.
Cuando en el futuro se permita viajar en sillas de ruedas personales, es esencial tanto para el operador aéreo como para el pasajero individual con necesidades específicas que la silla de ruedas pueda integrarse de forma segura en la cabina. Desde el punto de vista técnico, hacer sitio para una silla de ruedas de pasajero dentro de la cabina sujeta por un sistema de retención, como es habitual en el sector de la automoción, requeriría el espacio equivalente a varios asientos de pasajero. Por consiguiente, se necesitan soluciones flexibles sin pérdida permanente de asientos o con una pérdida muy limitada.
El ACCESS (ACCESS: Airbus Cabin & Cargo Enhanced Support for Special Needs), la solución inteligente de acceso para sillas de ruedas, es el primer concepto de cambio de la cabina del avión durante el viraje para el transporte de sillas de ruedas personales.
Sin duda el camino hacia la plena accesibilidad en el transporte aéreo para personas con discapacidad está todavía en desarrollo. Las iniciativas como el Airportainer de Airbus y la propuesta de permitir a los pasajeros viajar en sus propias sillas de ruedas son pasos significativos hacia la inclusión y la reducción de las barreras que enfrentan estas personas. Sin embargo, para que estas soluciones sean efectivas, es esencial una colaboración estrecha entre fabricantes de aviones, aerolíneas, administradores aeroportuarios, y la comunidad de personas con discapacidad.