Valentín Alonso es director general de Avanza desde 2015. Conduce una compañía que moviliza cada año a más de 300 millones de pasajeros, tiene un volumen de negocio de más de 600 millones de euros y una capilaridad que se extiende a lo largo de toda España, especialmente en ciudades como Zaragoza y las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona. Claro y directo, el ejecutivo atiende a elEconomista.es en los cuarteles generales de la compañía.
Desde 2020, el mercado ha sufrido los efectos de la Covid-19 y el encarecimiento de costes por la guerra. ¿Cómo lo ha vivido Avanza?
El resultado ha sido distinto en función de nuestras divisiones. En la División de Largo Recorrido seguimos significativamente por debajo de las cifras de viajeros de 2019, principalmente por dos efectos: por un lado no hemos recuperado aún los niveles prepandemia, y por otro tenemos el impacto de la puesta en servicio de los trenes de alta velocidad low cost, con una política de bajada de precios muy agresiva. También es cierto que este verano hemos conseguido mejorar algo la situación gracias a la campaña de la bonificación de los abonos (Plan Verano Joven). En general el largo recorrido ha sufrido mucho y la mayoría de nuestras líneas son deficitarias.
¿Y el resto de divisiones?
En el resto de divisiones (transporte urbano y metropolitano) la recuperación sí se está notando. En transporte urbano tenemos explotaciones que ya están por encima de las cifras de viajeros de 2019, aunque hay algunas que todavía siguen por debajo de esas cifras. Sin embargo, ciertas áreas metropolitanas, como por ejemplo Barcelona, Gipuzkoa, Madrid y Málaga se han recuperado un poco mejor. Teorías para entender este fenómeno hay muchas. La principal, sin duda, es el efecto de las políticas de descuentos del Gobierno Central y de las Comunidades Autónomas.
¿Y en micromovilidad?
Actualmente estamos terminando nuestra operación en Madrid con Bicimad, después de que el Ayuntamiento de Madrid a través de un nuevo contrato financiado con fondos europeos, decidiera renovar el parque de bicicletas con un nuevo sistema. Continuamos, por ejemplo, explotando las bicis de la ciudad de Getafe. Se trata de un negocio que tiene sentido allí donde tenemos otros modos de transporte que podemos complementar. Para nosotros sigue siendo un negocio muy interesante que seguiremos desarrollando para su implantación en ciudades donde ya operamos el resto de sistemas de transporte colectivos de viajeros.
Ha comentado cómo ha sido la recuperación tras la Covid. ¿Qué evolución ha vivido la flota al respecto?
En términos de oferta no hemos reducido flota y en términos de renovación nos ceñimos a los compromisos contractuales y seguimos renovando. En el transporte urbano y metropolitano estamos avanzado en la electrificación y nuevas fuentes de propulsión como el Hidrógeno. Nuestro objetivo son las tecnologías de cero emisiones por lo que allí donde es viable técnicamente, buscamos no renovar con vehículos cuya fuente de propulsión única sea el diésel. Este año terminaremos con más de 200 autobuses eléctricos en España, siendo la flota privada con más autobuses de este tipo en el país. Además, tenemos en marcha una docena de proyectos de electrificación de flotas.
¿Está el grupo dispuesto a llevar a cabo nuevas adquisiciones?
Estamos abiertos a estudiar todas la oportunidades que puedan aparecer. Una de las últimas operaciones que llevamos a cabo fue en 2019, con la compra de Pesa en el País Vasco.
Respecto al crecimiento orgánico, de cara a los próximos años: ¿qué opinan de la simplificación de rutas en el largo recorrido por la que aboga la CNMC?
Creo que la discusión sobre la liberalización del autobús en España no es correcta. Creemos que la cuestión es: ¿Queremos dar un servicio público de transporte de Largo Recorrido o no? Tenemos que tener claro si queremos liberalizar o no el transporte asumiendo en el caso de la liberalización sus consecuencias, donde solo habrá interés por parte de los operadores en las líneas rentables, abandonando por tanto las no rentables de bajo tráfico. Si lo que quieres, en cambio, es que todo el mundo tenga derecho al transporte, lo tienes que declarar de servicio público que es el caso de España. ¿Cuál es la mejor forma de gestionarlo? Para nosotros entendemos que la gestión indirecta, a través de un contrato con un operador, donde se opera una línea en la que existen rutas rentables con las que no lo son. Si yo fuera la Administración lo haría minimizando el riesgo, a través de un mapa concesional que esté equilibrado.
¿El nuevo mapa concesional sigue bloqueado?
En la actualidad está en fase de elaboración por el MITMA. Las comunidades autónomas ha reclamado los tráficos de sus líneas y están elaborando sus propios mapas concesionales. En cualquier caso el Ministerio no puede romper el modelo de un día para otro, sino que tiene que negociar y dotarlas en su caso de presupuesto, sobre todo en aquellas líneas deficitarias y que requieren subvención. Nuestra visión es que o se corrige y se llega a un entendimiento entre todos los actores o el transporte de largo recorrido que conocemos en España se verá muy afectado de manera negativa.
Ha comentado el efecto de la entrada de competencia low cost en la alta velocidad. Ahora se abre una nueva fase de liberalización. ¿Le interesa a su compañía?
Desde luego que analizaremos todas las oportunidades que puedan surgir al respecto. En la primera fase de la liberalización ya analizamos la posibilidad de presentar una propuesta que la trabajamos conjuntamente con Virgin, pero consideramos que los números no salían principalmente por la alta inversión, los elevados costes de explotación y principalmente por el elevado canon por uso de las infraestructuras. Consideramos que en España se está llevando a cabo una liberalización limitada, pues la fórmula escogida guarda más relación con el sistema concesional ya que se han licitado concesiones ferroviarias a 10 años.
¿Cuál es el aspecto regulatorio que más le preocupa?
Si se van a mantener la bonificación en los abonos durante el año 2024. Es nuestra mayor preocupación e incertidumbre. Ahora mismo contamos con un 50% de descuento en las regiones y ciudades en las que operamos, y la medida ha sido muy exitosa desde el punto de vista social y medioambiental. Si el Gobierno decide que el 1 de enero esta medida se acaba, estaremos duplicando el precio a nuestros clientes, lo que puede suponer un impacto muy negativo en la recuperación de la demanda. Tenemos que seguir apostando por la reducción de emisiones de efecto invernadero y para ello, entre otras medidas, debemos seguir apostando por el transporte público en detrimento del uso del vehículo privado y continuar bonificando este sistema de transporte.