
Renfe ahonda en su proceso de internacionalización. La operadora no pierde de vista la evolución del mercado de Portugal, cuyo estado es de plena ebullición por los planes para impulsar la alta velocidad en el país, y se prepara para solicitar el certificado de seguridad válido en el país vecino. La compañía ha lanzado un proceso para que un asesor técnico le apoye en esta misión, para la que se ha marcado un calendario muy ajustado.
La compañía presidida por Raül Blanco opera hasta el momento con el operador del país (Comboios de Portugal) conjuntamente en la línea Vigo-Oporto. Este trayecto opera diariamente dos trenes por sentido y ejecuta un cambio de maquinista en la ciudad lusa Valença do Minho, que es la primera estación del país en la línea.
Se trata de una alianza similar a la que hasta finales de 2022 Renfe mantenía para servicios transfronterizos con SNCF en Francia a través de la joint venture Elipsos. En ambos casos se trata de operaciones muy difíciles de rentabilizar.
Fuentes del sector ferroviario apuntan a elEconomista.es que uno de los objetivos de la compañía pasaría por operar en solitario la línea Coruña-Santiago-Vigo-Oporto-Llisboa, una tarea no exenta de obstáculos. Uno de ellos sería la particularidad de la infraestructura ferroviaria de Portugal, con el sistema de seguridad Convel como barrera. Otra opción para conectar ambos países es la línea Madrid-Lisboa, una opción comentada en la Cumbre Hispano-Portuguesa del pasado mes de marzo en Lanzarote .
El lanzamiento del proceso de Renfe se une a otro iniciado hace semanas, en busca de un servicio de formación y capacitación en portugués. Esta tarea ha sido firmada con el Instituto Camoes, un instituto público integrado en la administración indirecta del Estado. La compañía no ha querido entrar en detalles sobre sus planes tras ser contactada.
El inicio de los trámites coincide también con la publicación en el Boletín Estatal del Estado (BOE) de un nuevo tratado de amistad hispano-portugués, donde las conexiones ferroviarias ocupan un lugar importante. El acuerdo explica en el capítulo sobre cooperación en materia de conectividad que "las partes darán continuidad a los proyectos y esfuerzos en el ámbito de la conectividad transversal entre ambos Estados, en sus distintas dimensiones, en particular ferroviaria, de carreteras y digital".
Calendario y requisitos
De acuerdo a los pliegos lanzados por Renfe Operadora esta semana, el calendario para sortear las barreras administrativas está muy ajustado. El plazo de presentación de la oferta para asesorar a la operadora termina el próximo 16 de mayo y el plazo de ejecución del contrato es de apenas siete meses, con el último día de enero de próximo año como fecha final. El equipo de trabajo debe contar al menos con un experto jurídico, otro ferroviario y otro financiero.
Renfe también remarca a su próximo asesor que desea contratar un servicio de "asistencia integral" para la obtención del Certificado de Seguridad Único (CSU) de Renfe Viajeros que sea válido también en Portugal, por lo que deberá redactar la documentación específica portuguesa solicitada por el IMT (Instituto da Mobilidade e dos Transportes) y presentarse - o adaptar en su caso- junto a un dossier necesario en la ventanilla única (OSS, por sus siglas en inglés) de la Agencia Ferroviaria de la Unión Europea (EUAR).
Plan de internacionalización
La compañía suma en su radar a Portugal tras haber explorado ya una larga lista de países. Una de sus prioridades es Francia, tanto en alta velocidad como en servicios regionales, aunque explora otras plazas del centro de Europa a través de la compañía Leo Express. de la que adquirió el 50% en 2021.
En distinta fase están otras aventuras como Grand Union Trains, una alianza forjada con Serena Industrial Partners para operar en Reino Unido, concretamente en un servicio comercial entre Londres y Carmarthen (Gales). El proyecto Haramain (Arabia Saudí), el Tren Maya (México) o el 'AVE' entre Dallas y Houston (Estados Unidos) completan la lista de grandes proyectos internacionales. De acuerdo a su plan estratégico, Renfe quiere que en 2028 el 10% de su cifra de negocio proceda de actividades fuera de España.