
Adif avanza en el proceso de selección para encontrar un socio industrial para su red de fibra. El gestor ferroviario prepara los términos finales de este casting, a partir del cual constituirá una sociedad conjunta con su futuro aliado, de corte industrial, y se reservará un máximo del 50% del capital de esta alianza. Aunque parte de los términos están por definir y en estudio, la durabilidad del pacto en un inicio será a largo plazo, concretamente 50 años, según ha podido saber elEconomista.es, y el objetivo de la unión de fuerzas será explorar todo tipo de servicios de telecomunicaciones, desde la fibra oscura hasta iluminada al hogar o servicios de conectividad en torno a Internet de las Cosas (IoT). La compañía podrá así ampliar la capacidad de estos activos y centrarse en proyectos que giren en torno a la digitalización de movilidad ferroviaria.
Los activos de la compañía, agrupados en las sociedades Adif y Adif Alta Velocidad, están integrados por más de 15.000 km de vías sobre el que despliegan infraestructuras de telecomunicaciones, como fibra óptica de más de 24.000 kilómetros y más de 700 emplazamientos de comunicaciones móviles (torres). El tercer elemento de la infraestructura a tener en cuenta son las edificaciones, que se dividen en parques de telecomunicaciones (153), edificios técnicos (232) y estaciones (1.494) tanto de la red convencional como de la de alta velocidad.
Entre los activos de la operación se incluye también una parte de la red de fibra óptica explotada con Red Eléctrica, que tiene una alta capilaridad a lo largo de la geografía española y que no se podrá incorporar hasta 2034. El periodo de explotación acordado es de dos décadas, se firmó inicialmente en 2014 y fue renovado seis años después. Su extensión de 16.386 kilómetros, de los cuales 1.556 (el 9,5%) son comercializables.
Meses atrás, el gestor ferroviario abrió el proceso a una fase de consulta preliminar, en la que dialogó con las empresas del sector sobre cómo maximizar el valor de todos estos activos. En dicha fase presentaron sus propuestas empresas nacionales y extranjeras. Del primer bloque presentaron sus credenciales Cellnex y Redeia, anteriormente Red Eléctrica. Por el lado de las compañías internacionales participaron Lyntia, de Axa y Swiss Life, y Axion, del fondo Asterion. Completaron esta lista Phoenix, Vantage Towers (controlada por Vodafone) y la australiana BAI.
Todos ellos, que ahora emergen como potenciales socios, identificaron hasta diez líneas de negocio en el ámbito de las telecomunicaciones sobre las que focalizarse. Adif ahora seleccionará a un socio de perfil industrial, que no deberá ser necesariamente una sola empresa, sino también una agrupación de varias de ellas en las que, incluso, podrían sumarse previamente socios financieros.
Una sociedad conjunta
Ahora, la compañía ha fijado como base que constituirá una sociedad conjunta con su futuro socio por un período de 50 años, que será incluso ampliable, aunque todavía no está definido por cuánto tiempo más. La participación de Adif no superará en ningún caso más de la mitad del capital social de esta sociedad de capitales, por lo que se abre a no tener la mayoría accionarial. Sin embargo, las fuentes consultadas matizan que la gobernanza de esta newco estará gobernada a través de un pacto de socios que equilibrará la correlación de fuerzas.
Esta mercantil conjunta se constituirá por la suma de los derechos de explotación de los activos de telecomunicaciones de las entidades y los del socio industrial, por un lado, y por las aportaciones dinerarias necesarias, por otro, que solo corresponderán al socio. Todavía no hay valoración una valoración de los activos que se aportarán, porque primero deben ser analizados por el potencial socio.
Las metas fijadas por Adif es maximizar el valor de todos sus activos, ya que, según reconoció en la fase de tanteo del pasado año, contaba con una amplia capacidad excedentaria de activos de telecomunicaciones.
El nuevo proceso abarca, por tanto, un amplio abanico de servicios que pasa por no solo centrarse únicamente en la fibra oscura (aquella que no está conectada con los hogares) que tiene la compañía pública, sino también la iluminada y otros servicios como ser operador neutro de acceso móvil, implantar centros de datos al borde (Edge Data Centers, en inglés) y servicios de conectividad para redes de internet de las cosas (IoT).
La idea es aplicar estos servicios en el negocio de transportes de pasajeros y de mercancías, para actividades como la mejora de la conectividad para provisión de wifi en trenes, la digitalización de las estaciones o la identificación de la carga. La compañía ha declinado hacer comentarios.
Fases del proceso
El calendario trazado por Adif para la selección del socio se desarrollará en tres etapas distintas. La primera de ellas será la fase de acreditación de solvencia técnica y económica de los interesados a participar en el proceso.
La siguiente fase será la recepción de ofertas indicativas, algo que podría suceder previsiblemente en la segunda mitad del año, en concreto entre entre mayo y julio. La última etapa será la valoración de las ofertas vinculantes y la selección del socio industrial, deseablemente antes de finalizar 2023.
Tanto durante este proceso como en la fase preliminar Adif ha contado con la asesoría de la ingeniería pública Ineco y la big four KPMG, que ha participado de otras iniciativas como su plan estratégico hasta el año 2030. Desde el lado legal, los colaboradores han sido el despacho de Simmons and Simmons.