
El pasado 26 de septiembre se cumplieron 20 años del trágico hundimiento del barco Joola, que dejó casi 2.000 muertos y muchas preguntas sin responder. Curiosamente, 90 años antes naufragó el Titanic después de chocar con un iceberg, dejando sin vida a 1.496 personas.
El Joola, comúnmente conocido como el "Titanic africano", operaba entre el sur de Senegal, la región de Casamance, y la capital, Dakar, con una capacidad aproximada de 536 pasajeros y 35 coches. Sin embargo, en el naufragio murieron 1.800 personas, de ellas 644 niños, y solo se registraron a 64 supervivientes, de los cuales solo se salvó una mujer.
"Hubo mucha corrupción para que la gente pudiera subir sin pasaje, así que probablemente había más de 2.000 personas a bordo, pero hay que recordar que el gobierno era dueño del barco y, por lo tanto, responsable de la gente que controlaba los boletos", señala el investigador Pat Wiley, autor del libro El hundimiento del MV Le Joola: el Titanic africano.
El barco inició su travesía el 26 de septiembre de 2002, pero horas después volcó frente a la costa de Gambia. Ciudadanos de 12 países perdieron la vida ese día, pero la gran mayoría, más de 1.000 personas, procedieron de la región de Casamance, en Senegal.
"Esta tragedia no es sólo personal, es colectiva. Hay que recordar que había todas las capas de la sociedad senegalesa en ese barco. En realidad, toda la región fue diezmada", le contó Aliou Cisse, entrenador de la selección de Senegal, en unas declaraciones realizadas a la BBC.
Factores
El hundimiento dejó muchas respuestas sin resolver. Una de ellas fue el estado del barco antes de iniciar su travesía. Para Wiley, el Joola había estado fuera de servicio entre septiembre de 2001 y 2002 debido a daños mecánicos y del motor. Su actividad se reanudó dos semanas antes del accidente.
"Declararon que el barco era seguro para navegar y sin embargo eso no era cierto. El barco no estaba bien lastrado, eso estaba clarísimo", señala Wiley. El investigador añade que, en su investigación, descubrió que los botes salvavidas no funcionaban y que la mayoría de los pasajeros no tenía chalecos inflables.
Por su parte, el profesor Djiby Diakhate de la Universidad de Cheikh Diop de Dakar, las causas de la tragedia del Joola se remontan a mucho antes del mes de la tragedia. "El hundimiento del barco revela una serie de problemas en términos geográficos, históricos y económicos". En este sentido, considera que Senegal tiene la mayor parte de su infraestructura productiva en la costa, concentrada principalmente en Dakar, la región más pequeña del país y, al mismo tiempo, la más densamente poblada.
"Para llegar a Casamance por tierra, el camino está completamente deteriorado, entonces la gente tiene dificultades para viajar en auto; el colonizador lo rompió todo y, quizás, nosotros tenemos que reconstruir todo no a través de reinos pero basados en entidades fuertes y consolidadas", señala Diakhate a la BBC.
Por otro lado, el dolor de las familias es algo que todavía sigue muy vigente, ya que muchos de los fallecidos aún permanecen en el fondo del mar. "Hasta hoy, ninguna justicia, ninguna verdad y ningún levantamiento de los restos se ha organizado, por lo que nuestras familias siguen sufriendo en el agua", informa uno de los sobrevivientes.
En agosto de 2003 se anunció que no habría un proceso penal. Dos años más tarde, en 2005, la Unión Europea concedió a Senegal los fondos para levantar los restos que se encuentran a 20 metros de profundidad, pero esto nunca llegó a suceder. En 2011 se proyectó por primera vez un documental en el noveno aniversario de la tragedia, que narra la historia de algunos de los supervivientes y cuestiona la lentitud del trabajo de rescate.