
El resurgimiento del turismo este verano cogió a buena parte de la industria aérea sin el personal suficiente para dar respuesta a la explosión de demanda tras dos años de restricciones. La aerolínea de bajo coste Easyjet fue una de las más afectadas, pues a sus tensiones se suma la congestión del Aeropuerto de Gatwick (Londres), su centro de operaciones.
La organización británica ya admitió que se vería obligada a cancelar vuelos, principalmente en la instalación londinense y en Ámsterdam, que pidieron a las compañías aéreas recortar vuelos por el atasco existente. No piensa por ahora hacer lo mismo en España, donde los tripulantes de cabina (TCP) plantean una huelga de nueve días para este mes de julio.
El director general del negocio continental de la aerolínea y director de Mercados y Marketing del grupo, Thomas Haagensen, se sienta con elEconomista.es con motivo de los Connecting Europe Days celebrados esta semana en la ciudad de Lyon para abordar los retos futuros de la operadora: desde los problemas operativos de esta campaña a los costes de la transición energética del camino a las cero emisiones de CO2 para el año 2050.
A lo largo del mes de junio, Gatwick y Schiphol pidieron a las aerolíneas reducir su capacidad por falta de personal, y eso que todavía estamos a comienzos de la temporada. ¿Cómo reaccionan ante estas demandas?
Estamos ante un problema de toda la cadena de suministro y estamos todos juntos en esto. Creo que es positivo que cuando un aeropuerto ve las tensiones que existen entre los diferentes actores pida una limitación. Si se hace bien y de manera conjunta, nosotros apoyamos este punto de vista.
Parece que la demanda cogió a aerolíneas y aeropuertos con el pie cambiado. ¿En qué punto están frente a 2019?
En el último trimestre fiscal, entre julio y septiembre, estaremos al 90% -la compañía hablaba antes del 97% de capacidad- frente a los niveles que teníamos en verano de 2019. Crecemos y rápidamente; la gran diferencia es que el año pasado había muchas restricciones en Reino Unido, todavía. El continente sí se reactivó, pero la gran diferencia de este año es que hemos incluido al Reino Unido en el mix de rutas.
¿Y en España? Los tripulantes de cabina les han convocado una huelga de nueve días para este julio como queja por las diferencias salariales con sus compañeros franceses y alemanes...
Estamos en discusiones continuas con la Unión Sindical Obrera (USO) y el resto de sindicatos, pero estamos decepcionados por el anuncio de llevar a cabo una acción como esta. Sabemos, eso sí, que la ley obliga a prestar unos servicios de actividad mínimos y veremos qué determina la autoridad competente. Mientras, nosotros pretendemos mantener un debate constructivo con los trabajadores.
"Confiamos en los servicios mínimos; no pensamos en cancelaciones"
¿Habrá entones más cancelaciones por los paros?
No, no pensamos en cancelaciones, es pronto. Confiamos en los servicios mínimos que, si miras al pasado, han terminado siendo la gran mayoría de los servicios previstos inicialmente.
¿Qué papel ocupa España dentro de la estrategia de Easyjet?
España es un destino muy importante para nosotros. Cuando empezamos a operar, nuestra intención era tener bases en ubicaciones de destino como era Palma de Mallorca, donde abrimos nuestro primer emplazamiento en 2016. Con el estallido de la pandemia y las restricciones en Reino Unido fuimos capaces de trasladar nuestra capacidad a otros destinos más vinculados al continente y, por ejemplo, el año pasado abrimos nuestra base en Málaga. De cara a este verano nuestra estrategia es seguir creciendo y por este motivo hemos puesto cinco aviones más entre ambas ciudades y Barcelona.
¿Y de cara al futuro?
El año pasado ya abrimos en Málaga, hay que ir paso a paso, pero el plan es mantener el crecimiento. No solo pensamos en abrir nuevos destinos, que también; pensamos en ofrecer profundidad en nuestra oferta y que los clientes tengan varias opciones para viajar a una ciudad. Tener más frecuencias es muy importante para atraer a los viajeros de negocios.
"Deben existir incentivos para las aerolíneas que apuesten por la descarbonización"
Una vez superado el desafío del verano está el tema de la transición energética. ¿Es realmente posible alcanzar las cero emisiones de CO2 para 2050?
Sí, a base de tecnología sí. En 2035 ya tendremos aviones totalmente limpios volando en corto radio. El largo radio sí que es otra historia, pero nosotros tenemos el foco puesto en el hidrógeno, donde vemos mayor potencial para alcanzar la promesa de las cero emisiones.
En el 'Connecting Europe Days', la prioridad de las aerolíneas fue el combustible sostenible y el proyecto del Cielo Único Europeo...
Es que es muy importante. El Cielo Único Europeo implica una reducción del 10% de las emisiones de CO2 solo optimizando las rutas. Nosotros, por ejemplo, formamos parte del proyecto Iris y a partir de noviembre equipararemos a 11 Airbus A320neo con la tecnología suficiente para estar en contacto permanente con los controladores y conseguir unos vuelos más eficientes. El combustible sostenible (SAF, por sus siglas en inglés) es importante, pero solo transitorio. Para el largo radio sí tendrá mayor recorrido.
¿Cómo afectará la descarbonización al precio de los billetes?
La sostenibilidad es un reto para todos y no solo de las aerolíneas. Nosotros estamos haciendo una gran inversión y está claro que cuando las nuevas tecnologías estén asentadas, en 2035, deberá haber un marco regulatorio y un sistema de incentivos europeo que premie las buenas prácticas.
"Hemos estado aquí antes y sabemos que son ciclos; el precio está muy relacionado con la oferta y la demanda"
¿Subvenciones?
Incentivos públicos sí. Volar debe ser para todos y deberá haber unos incentivos para aquellos que invertimos en tecnología. Hay países que imponen tasas climáticas a las aerolíneas y no tendría sentido que una compañía aérea que invirtió mucho en renovar su flota pague lo mismo que otra que no lo hizo. Debe haber un marco regulatorio que ayude a acelerar la descarbonización de la industria, pero una cosa está clara: todo el esfuerzo no puede recaer solo en las aerolíneas.
Mientras, habrá que seguir lidiando con los precios del petróleo...
Sí, aunque nosotros somos una de las aerolíneas con mejores coberturas y eso nos permite estar protegidos. Hemos estado aquí antes y sabemos que son ciclos; el precio está muy relacionado con la oferta y la demanda y aunque sea un coste muy importante para nosotros, estamos en muy buena posición frente a otras compañías que están peor cubiertas o ni siquiera tienen este tipo de seguros.