
La intermodalidad será la gran tendencia del sector de la movilidad y el transporte este año 2024. Los sectores público y privado se han dado cuenta de la necesidad de garantizar una rápida conexión entre medios de transporte para facilitar los trayectos de los viajeros. En España, aunque se van produciendo avances, queda un gran trabajo por delante para llevarla a la realidad. Uno de los principales retos a solucionar pasa por alcanzar la interoperabilidad entre los distintos operadores, más allá de los acuerdos puntuales entre compañías. Esta debería ir de la mano de la digitalización de las operativas de estas empresas, para poder acceder a los datos en tiempo real. Pero sin duda, el gran escollo a solventar es el lograr un diseño intermodal de las infraestructuras de transporte.
A estas cuestiones hay que sumar los diferentes problemas regulatorios vigentes, como señala Christian Pauwels, director general de Movelia: "Hay una serie de responsabilidades del transportista en beneficio del viajero que, a veces, podrían dificultar que se apueste por la intermodalidad. Por ejemplo, si vendo un billete de autobús en combinación con el avión, y el primero se retrasa, hay que asumir un sobrecoste que hace que las empresas no se arriesguen a vender paquetes intermodales", explica. La plataforma, que permite comprar billetes de autobús combinados, cuantifica en un 10% la facturación procedente de la venta de servicios intermodales, poniendo de manifiesto que la intermodalidad está en pañales.
Otro ejemplo de esta situación es Döco, la plataforma multimodal lanzada por Renfe en septiembre de 2022 con la que la operadora aspiraba a captar 650.000 nuevos viajeros en un plazo de cinco años. Sin embargo, esa cifra parece muy lejos de cumplirse, según fuentes del sector que apuntan a que el éxito no ha sido el esperado. Esta plataforma integra los trenes prestados por Renfe, 37 servicios de transporte público por toda España y la oferta de movilidad de las empresas TMB, Bolt, Cooltra, Karhoo, Movitaxi y Globick. En cambio, se nota la ausencia de otros socios como aerolíneas o compañías de autobús, pese a que Renfe tiene acuerdos con actores como Alsa o Avanza.
El último actor en sumarse a la batalla por la intermodalidad es el operador ferroviario Iryo, que ha lanzado su propia plataforma Iryo Conecta con la que pretende facilitar los trayectos de sus clientes desde su lugar de origen hasta sus destinos. Permitirá enlazar los viajes en sus trenes con otros servicios de transporte como el avión, al contar con acuerdos con Air Europa; con los taxis disponibles en la app Imbric; con trenes de Cercanías de Renfe; coches de alquiler prestados por Avis o servicios de parking para poder llegar de la primera a la última milla del trayecto.
Desde la patronal del sector del autobús, Confebus, ponen el foco en la necesidad de acceder a billetes combinados entre los distintos modos de transporte, además de proponer la creación de infraestructuras que garanticen este cambio modal. "Se habla mucho de la intermodalidad, pero las infraestructuras no están preparadas para ello. nosotros llevamos años pidiendo que puertos, aeropuertos y estaciones de ferrocarril tengan terminales de autobuses para despenalizar el transbordo". A ese respecto, reclaman inversiones para reformar las principales estaciones de autobús del país, para lo cual harían falta unos 180 millones de euros que permitirían rehabilitar las 60 mayores terminales.
De su lado, la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) considera que el fomento de la intermodalidad es una de las grandes soluciones que permitirán reducir las emisiones de gases nocivos. Para ello, reclaman que el tren llegue hasta los aeropuertos y se pueda facturar el equipaje desde el inicio del trayecto, tratando de facilitar el camino al viajero, como ya sucede en Francia.
Simplificar y hacer más accesible el cambio de modo de transporte es uno de los grandes objetivos del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), que está intensificando sus esfuerzos en este tipo de actuaciones para consolidar al tren como el eje central de una nueva de la movilidad sostenible, segura e inteligente para los viajeros.
Una de sus principales iniciativas pasa por fomentar el trasvase de viajeros entre tren y avión, motivo por el que están avanzando en la conexión de la red de alta velocidad con importantes aeropuertos como el Madrid-Barajas Adolfo Suárez que llegará antes del año 2026; y mientras se avanza en el nuevo acceso ferroviario a Barcelona-El Prat. También se está redactando el proyecto para ejecutar el acceso ferroviario al aeropuerto de Alicante-Elche.
Otro aspecto clave de esta estrategia pasa por la transformación de las estaciones en centros de movilidad multimodal alrededor del ferrocarril. Adif está tratando de convertir en grandes 'hubs' del transporte a estaciones destacadas como Madrid-Chamartín, Madrid-Puerta de Atocha, Santiago de Compostela, A Coruña, Ourense, Barcelona-Sants, Barcelona-La Sagrera (en construcción) y Valencia-Joaquín Sorolla, apostando por conectar el ferrocarril con sistemas urbanos, interurbanos y de última milla. La Sagrera, en Barcelona, ya es conocida como la "estación de estaciones" al haber sido diseñada con el objetivo de convertirse un gran punto de conexión entre distintos modos de transporte.
Pero la intermodalidad no sólo afecta a las personas, también a las mercancías. Con el fin de mejorar la eficiencia de la cadena logística y fortalecer la competitividad del sector, Adif trabaja en nuevas conexiones ferroviarias hacia puertos destacados como Barcelona, A Coruña, Sagunto, Castellón o Cádiz. Esto se complementa con la renovación de varias líneas ferroviarias convencionales, que facilitan el transporte de mercancías hacia y desde estos puertos, con el proyecto de las autopistas ferroviarias como el más destacado, al permitir el trasvase de mercancías de la carretera al tren.
Además de las vías, es necesario homologar las terminales para recepcionar todas las mercancías. Por esa razón, el gestor de la red ferroviaria está trabajando en una red de nodos logísticos que permitan aumentar la capacidad y eficiencia de la cadena de transporte. Esto incluye la mejora de nodos estratégicos como Vicálvaro en Madrid, Fuente de San Luis en Valencia, La Llagosta y Can Tunis en Barcelona, Júndiz en Álava y Valladolid, así como la implementación de tecnologías digitales como la conectividad 5G para automatizar procesos y mejorar la sincronización de la cadena de transporte.
En este sentido, el presidente de la Asociación de Empresas Ferroviarias Privadas, Juan Diego Pedrero, reclama que se amplíen los ecoincentivos ferroviarios hasta el año 2026 y que se abra una nueva ronda de ayudas a la inversión ferroviaria de mercancías en el marco de la iniciativa mercancías 30.
Sin duda, el sector del transporte en España está en plena transformación hacia la intermodalidad, donde la interconexión entre los distintos medios de transporte se perfila como la clave para una movilidad más eficiente y sostenible. Aunque se han logrado avances significativos, aún queda un extenso camino por recorrer para alcanzarla de forma verdadera. La interoperabilidad entre operadores, la digitalización de los servicios y la mejora de infraestructuras son aspectos fundamentales a abordar para facilitar el tránsito fluido de los viajeros. Las iniciativas impulsadas por el sector público muestran un compromiso firme en fortalecer esta transición hacia un modelo de transporte más integrado e inteligente que no solo beneficie a los usuarios, sino que también contribuya a la reducción de emisiones y al desarrollo económico del país.