La suerte está echada, pero Hutchison no se quedará de brazos cruzados mientras se le esfuma la posibilidad de liderar el mercado británico de la telefonía móvil a través de la compra de O2, la filial española de Telefónica en el Reino Unido. Cuando todo parece perdido y cuando nadie apuesta un penique por el éxito de la fusión, el grupo hongkonés se reserva su facultad de aportar nuevas concesiones, además de denunciar la politización del proceso.
No obstante, ese postrero esfuerzo no servirá posiblemente para nada. De hecho, en algunos círculos se interpreta como el derecho al pataleo, tan legítimo como cualquier otro, especialmente cuando Hutchison considera que está sobrado de argumentos y que una mano negra dirige la operación.
Aumenta la tensión
Según ha podido saber elEconomista, la tensión entre Hutchison y Bruselas ha aumentado en los últimos días. El caso es que la Comisión Europea tiene prisa por prohibir la compra de O2, por parte del grupo hongkonés. No hay nada más lejano a sus intereses que cualquier decisión comunitaria pudiera soliviantar a los grupos anti europeístas en víspera de una cita con las urnas.
El tiempo vuela y la casualidad ha querido que la decisión sobre el futuro gigante del móvil británico coincidiera con el referéndum del Brexit, en el que se decidirá la salida o permanencia del Reino Unido en la Unión Europea.
Para no interferir en el asunto, la Comisión Europea pretende desmarcarse de la polémica y sucumbir ante las consideraciones políticas, en detrimento de sus funciones. Ahora bien, el anuncio del rechazo a la fusión deberá esperar unos días. Según ha podido saber este periódico, no será hoy cuando la Comisión anuncie su veredicto adverso, tal y como ayer apuntó la prensa estadounidense, sino que el veto se confirmará la semana que comienza el próximo 9 de mayo.
Para llevar a feliz término la compra, valorada en 14.000 millones, Hutchison propuso desprenderse de parte de su red móvil y del espectro suficiente para asegurar la viabilidad comercial de un cuarto operador de red móvil. Pero eso no sirve con el Brexit por medio.