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La duración y efecto de la siesta no es la misma para todos los bebés y preescolares

Por Lisa Rapaport

(Reuters Health) - No existe un único truco para que losbebés y los preescolares duerman una siesta y es posible quealgunos niños que se resisten a dormir de día descansen lonecesario durante la noche.

Un equipo de Australia revisó 26 estudios publicados sobrecómo la siesta altera el sueño nocturno, como así también elaprendizaje y la conducta de día. Halló poco consenso sobre elhecho de que después de los dos años, los niños que duermen unasiesta no dormirían tanto a la noche.

"El estudio no quiere decir que los niños no deberían dormirsiesta", dijo Jodi Mindell, director asociado del centro desueño del Hospital de Niños de Filadelfia.

A los dos años, muchos niños deberían dormir unas 10-11horas por noche y entre una y tres horas de día, según indicóMindell, quien no participó del estudio. Los niños que duermensiestas largas y no tienen problemas para dormir de noche odespertarse solos a la mañana, seguramente están durmiendo lonecesario.

Varios estudios revisados se habían concentrado en larelación entre la siesta y el sueño nocturno.

El análisis reveló relaciones entre la siesta y el sueñonocturno, períodos de descanso nocturno más cortos y despertaresnocturnos más frecuentes.

Un estudio sobre un grupo de niños de kindergarten quepodían dormir una siesta demostró que esos niños se acostabanmás tarde a la noche que los niños que no dormían siesta.

La relación entre la siesta y el desarrollo no es tan clara,según publica el equipo en Archives of Disease in Childhood.Algunos estudios sugieren que la siesta favorecería elaprendizaje del lenguaje, pero otras investigaciones llegaron auna conclusión opuesta.

La ansiedad y la preocupación eran más comunes en los niñosque no dormían siesta, pero otros estudios habían sugerido unarelación entre las siestas prolongadas y los niños másintrovertidos o deprimidos.

Ningún estudio demostró la existencia de una relación decausa y efecto porque eran observacionales, por lo que, para losautores, se necesitan más estudios para comprender cómo lasiesta influye en el sueño y el desarrollo.

FUENTE: http://bmj.co/1BHOmho

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