
Por fin todas las piezas encajan. Portugal Telecom (PT) está obligado a vender Vivo a Telefónica antes de diez días, porque sólo con ese dinero -y en ese plazo- el grupo luso podrá entrar en el capital de la brasileña Oi, cuarto operador de móviles de aquel país. Telefónica confía en hacerse con Vivo a finales de julio.
Estas reveladoras circunstancias, contempladas en un precontrato entre PT y Oi que vence a finales de mes, hace que se pueda asegurar que Telefónica (TEF.MC) anunciará en breve la compra de Vivo. De esa forma, y salvo descalabro mayúsculo, el grupo que preside César Alierta alcanzará su objetivo al mismo tiempo que PT confirmará su permanencia en Brasil, aunque sea en un jugador de segunda fila.
Por todo lo anterior, a partir de agosto, Telefónica tendrá el camino despejado para trabajar en la fusión de su filial de telefonía fija Telesp con Vivo, líder del móvil brasileño, cuya propiedad comparte a regañadientes con PT desde hace nueve años.
Según ha podido saber elEconomista de fuentes financieras de absoluta solvencia, a finales de la próxima semana expirará un precontrato firmado entre PT y Oi que permitirá la entrada de la lusa en el capital de la filial de Brasil Telecom, de titularidad semipública.
Cláusulas de penalización
En dicho precontrato se fijan unas cláusulas que penalizan de forma severa el incumplimiento del acuerdo por cualquiera de las partes. Es decir, PT no tendrá más remedio que llamar en breve a la puerta de Telefónica para recuperar los acuerdos verbales establecidos por ambos grupos en los últimos días.
Como ya informó este periódico en su edición de ayer, todo apunta a que Telefónica aceptará el acuerdo con PT y no revisará a la baja el futuro precio por respeto al 74% de los accionistas que secundó la oferta del grupo español en la junta del 30 de junio. Es decir, la cantidad será 7.150 millones de euros. Ni más ni menos.
Como es lógico en una compañía acuciada por los rigores financieros, PT necesita imperiosamente vender antes de comprar. Es decir, como primer paso, el grupo luso está obligado a ingresar el dinero ofertado por Telefónica procedente de la venta del 30% que PT atesora en Brasilcel, sociedad participada de forma paritaria por ambas telecos ibéricas y que es propietaria de las acciones representativas del 60% de Vivo, principal operador de telefonía móvil de Brasil.
El 40% restante de Brasilcel cotiza en bolsa, pero ni Telefónica ni PT pueden adquirir ni una sola acción de ese capital flotante, porque así lo establecieron en la constitución de la sociedad en 2001.
El acuerdo, antes de agosto
Durante el pasado fin de semana, Zeinal Bava, presidente ejecutivo de PT, se reunió con destacados analistas para explicar los pasos que realizarán las partes implicadas en la operación. Gracias a dichos encuentros, el ejecutivo evitó el desplome en bolsa de PT, vaticinado tras confirmarse la ruptura de las negociaciones con Telefónica. Según las fuentes bursátiles consultadas, "sólo así se entiende que PT salvara el tipo en el parqué con pérdidas de sólo el 1,3%".
Las casas de análisis conocieron de primera mano la cara oculta de la operación, apuntada ayer por elEconomista, donde se señala que el acuerdo con Telefónica se cerraría antes de finales de julio, porque sólo de esa forma PT dispondría de los recursos necesarios para invertirlos en el capital de Oi.
A grandes rasgos, Bava desveló a los analistas que el acuerdo entre PT y Telefónica llegaría a buen puerto, pese al cruce de ofertas realizado la noche del pasado viernes. En esa fecha venció el ultimátum lanzado por Telefónica a PT para que aceptara la oferta por Vivo.
Entre las partes implicadas sobresale el Gobierno luso, que ahora bendecirá el acuerdo una vez asegurada la permanencia de PT en Brasil. De hecho, fue el propio José Sócrates, primer ministro portugués, quien encarriló personalmente la operación con Lula da Silva, presidente de Brasil.
PT niega las conversaciones
Fuentes de PT negaron a este periódico, el pasado domingo, la existencia de negociaciones con Oi, al remitirse a una nota remitida el pasado 4 de julio al supervisor luso de los mercados.
En dicho comunicado se indica que "el consejo nunca se ha reunido o ha discutido estos temas, ni ha pedido a nadie que negocie con terceras partes una fusión con el operador brasileño Oi o con una sociedad relacionada". Asimismo, añadió que "tampoco ha tratado la compra de una participación directa o indirecta en Oi".
Las fuentes de Telefónica consultadas se limitaron a indicar que la compañía "está preparando las actuaciones pertinentes para acudir a la Corte de Arbitraje de La Haya".
De esa forma, la agencia Efe informó ayer de que el grupo español ha contratado los servicios profesionales del despacho holandés de abogados Brauw Blackstone Westbroek para preparar la disolución de la joint venture Brasilcel.