
El Gobierno ha vuelto a ponerse del lado de Jaume Roures, el rey Midas de la televisión. El Ministerio de Industria presentó hace dos días un borrador del Real Decreto en el que adelantaba la aprobación de la TDT de pago al Consejo Asesor de las Telecomunicaciones (Catsi) para echarle un flotador a Mediapro, agobiado por los compromisos de pago que le han generado los derechos del fútbol y de la fórmula 1 que ascienden a 2.400 millones hasta el año 2014.
Con esta operación, el Ejecutivo permitirá a la cadena de Roures rentabilizar parte de la inversión en fútbol al poder vender los partidos en un nuevo canal: Gol TV. Y, al tiempo, permitirle a Sogecable la emisión de partidos en Digital Plus, necesaria como el agua para poder pensar en una futura venta a Telefónica y Vivendi.
La aprobación de la TDT de pago abre la puerta a la fusión entre la Sexta y Cuatro en una empresa holding que sirva para reducir los costes de ambas cadenas y para lograr una cuota publicitaria que entre ambas pueda rondar el 18 por ciento con el objetivo de equipararse con el resto de televisiones generalistas.
En pie de guerra
Este difícil encaje de bolillos ha generado que, en apenas unas semanas, después de que Sogecable y Mediapro firmaran la paz del fútbol, hayan vuelto a surgir fricciones, en el que pretende convertirse en un matrimonio en el negocio televisivo. La rápida aparición de Gol TV hace que exista competencia de la emisión de partidos y, por lo tanto, reduce el valor de Digital Plus.
Los directivos de Sogecable y Mediapro se habían mostrado encantados con el nuevo marco acordado entre las partes en cuanto a la emisión del fútbol, a la vez que se encontraban confiados en que los litigios en los que se veían inmersos por las turbulencias del último año llegasen a buen puerto.
Pero las cosas, tan sólo un par de semanas después, se han vuelto a torcer y Prisa, propietaria de Sogecable, volvió a poner el grito en el cielo. Según el grupo Sogecable, este decreto "contradice la legislación de contratos del sector público", por lo que amenazó con acudir a los tribunales para tratar de obstaculizar "cualquier medida reglamentaria similar".
En palabras de Sogecable, y por extensión la plataforma Digital+, "estas medidas favorecen a unos operadores audiovisuales (los de la televisión terrestre) en perjuicio de los operadores de cable, satélite y ADSL", es decir, que también le afectaría a Ono y a Telefónica por Imagenio.
Por este motivo, el acuerdo con Mediapro para el fútbol es la fórmula necesaria para encontrar una salida al pago de los 5.044 millones de euros que tiene de deuda Prisa y de los que tendrá que responder ya en marzo de 2010 con 1.835 millones.
Polanco explicó ayer en la Junta de Accionistas que no aceptaron las propuestas realizadas el pasado diciembre por Digital + porque se basaban en valoraciones a todas luces "muy inferiores" a las "razonables". "Pero reitero nuestro convencimiento de que una alianza estratégica de gran calado -tanto en el capital como en la gestión- permitirá mejorar esas operaciones en el mercado global, maximizar su rentabilidad y aumentar la satisfacción de los usuarios.
Máxima celeridad
¿Qué es lo que ha hecho cambiar de opinión a Prisa después de firmar la paz con Mediapro? ¿Sale ganando el imperio mediático de Roures con todo esto?
Lo cierto es que la actuación del Gobierno demuestra la gran atención que se le presta al imperio Mediapro y le sitúan como claro favorito para exprimir más que nadie las ventajas que ofrece la nueva tecnología digital. Las medidas se argumentan desde diferentes puntos de vista, pero todos vienen a beneficiar a la productora dirigida por Roures, quien de manera perentoria necesita empezar a explotar el modelo de emisión de los partidos de fútbol para poder hacer frente a la deuda que viene contrayendo para comprar los derechos de casi todos los equipos de Primera División (Liga Adelante) desde hace dos años y que asciende a más de 2.500 millones.
Así, la aprobación de esta medida a la máxima velocidad posible facilita el crecimiento de los ingresos de Mediapro, lo que a su vez beneficiaría a los equipos de fútbol que necesitan el dinero por los derechos vendidos, y poder preparar con él sus plantillas de cara a la temporada que viene, lo que volvería a revalorizar las cantidades a percibir por aquellos que quieran sus derechos pasado el tiempo del contrato.
El hecho de que Mediapro tuviese la intención de explotar el fútbol a través de Gol Tv es conocido desde hace años, cuando la compañía se embarcó en la compra de los derechos de retransmisión de los partidos. Algo que hasta entonces era coto privado de Audiovisual Sport, empresa creada por Sogecable y TV3 para la adquisición, explotación y administración de los derechos de la Liga y la Copa del Rey (a excepción de la final).
Mediapro empezó a poner en práctica su estrategia gracias a ayudas como las de la Generalitat, que en octubre de 2006 facilitó 40 millones de euros a Roures, con los que pudo comprar los derechos de 38 de los 42 equipos de primera y segunda división.
Pero ahí no acabaron los guiños del Gobierno y, aun a pesar de que la productora llegó a tener hasta ocho de sus filiales prácticamente en quiebra, las ayudas públicas a la productora continuaron llegando en forma de préstamos de organismos como el Instituto de Crédito Oficial (ICO) o del Institut Català de Finances (ICF).
Así, el Gobierno no dejó constancia de que no veía precisamente con malos ojos que Mediapro aglutinase la gran mayoría de los derechos de los equipos de fútbol. Mientras tanto, Sogecable no podía hacer más que, después de ver cómo a golpe de talonario le arrebataban la llave de su negocio en Digital+, responder con todas las herramientas legales a su alcance.
Finalmente, ambas compañías acabaron inmersas en un procedimiento sancionador abierto por la Comisión Nacional de la Competencia en 2008. Pero la transición estaba en camino. Después de desembolsar cantidades ingentes de dinero Mediapro estaba reemplanzando a Sogecable en la explotación de los derechos del fútbol, lo que dejaba a la compañía del grupo Prisa en una situación incómoda y con la gallina de los huevos de oro al borde del coma. Esta difícil situación ha forzado a las dos compañías a buscar un acuerdo.