
Samsung ha reconfigurado su estrategia en la gama media de smartphones para hacer frente a la pujanza de otras marcas como Xiaomi u Honor que están creciendo gracias a ofrecer grandes terminales a bajo precio.
Entre los nuevos dispositivos que ha sacado este año se encuentra el Galaxy M20, un smartphone de 230 euros con el que la compañía surcoreana se ha metido en el barro de competir en precio y características ante el envite chino.
El teléfono cuenta con algunos detalles propios de modelos más avanzados por precio. Una pantalla de 6,3 pulgadas FHD+ que aprovecha casi todo el frontal gracias a un notch en forma de gota que aloja su cámara frontal. Aunque no es un panel AMOLED de los que Samsung acostumbra a poner en su gama alta, el panel rinde a muy buen nivel y su definición y calibración permite ver contenido de forma satisfactoria incluso bajo luz solar directa.
El verdadero punto fuerte del M20 es su autonomía. Monta una batería de 5000 mAh con lo que hace que nos olvidemos del cargador durante el día, pudiendo alcanzar los dos días incluso con ratos de intensidad de uso. Aunque incorpora carga rápida 15W con conexión USB-C, pensando en que el móvil pueda estar encendido el mayor tiempo posible incluye a nivel de software la funcionalidad de administración de energía para optimizar el consumo.
Esta batería, junto con su tamaño, hacen que el Samsung se vaya hasta los 186 gramos, un peso considerable que -junto a la idea de ahorrar costes- hace que el diseño del terminal esté acabado en plástico, dando unas sensaciones menos premium que en los smartphones de Xiaomi o de Honor con los que rivaliza por precio.
Doble cámara con gran angular
El M20 monta una doble cámara trasera de 13 megapíxeles cuya lente secundaria dispone de un ultra gran angular que alcanza hasta los 120 grados con lo que aporta más versatilidad en la gama media. La doble cámara trasera, también permite realizar tomas con efecto retrato, opción que también está disponible en la cámara frontal (8 mpx) a través de software.
Precisamente, el software ha sido optimizado para sacar rendimiento a las fotografías. Pensando en compartir las imágenes en redes sociales, la aplicación de la cámara cuenta con una serie de filtros, stickers y modo belleza con el que personalizar las fotos.
La cámara delantera también hace las veces de elemento de seguridad. En esta ocasión, además de contar con lector de huellas trasero, el M20 adopta el reconocimiento facial para acceder al móvil.
Potencia con una interfaz más refinada
Samsung también ha puesto empeño en mejorar la experiencia de usuario en su M20. Monta un procesador de ocho núcleos a 1.8 GHz y 4 GB de RAM, sin embargo, su principal mejora se encuentra en contar con una interfaz más limpia de lo que venía acostumbrado.
Aunque corre sin problemas aplicaciones pesadas como juegos o herramientas de edición de vídeos, sin embargo, se echa de menos una mayor agilidad entre menús en momentos puntuales como sucede en terminales rivales con Miui o Android Go.
Pese a todo, la interfaz de Samsung sigue siendo altamente personalizable, ajustable a los gustos y necesidades del usuario, lo que fideliza a los usuarios de la marca surcoreana para seguir apostando por este teléfono.
En suma, el Galaxy M20 es una apuesta decidida de Samsung por poder competir contra Xiaomi sin renunciar a sus máximas de rendimiento, producto redondo y potencial gráfico.