Tecnología

La ciencia sueña con el nuevo colisionador de partículas

  • El túnel tendrá 100 km, cuatro veces más que el suizo LHC
Foto: Archivo.

Cualquier comparación con otra gran infraestructura conocida resulta ridícula ante la magnitud del Futuro Colisionador Circular (FCC), desvelado la semana pasada por la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN). El proyecto ya acapara las tertulias científicas de medio mundo y deslumbra a un colectivo maravillado ante las posibilidades que ofrecerá el prodigio.

A grandes rasgos, según ha desvelado la revista Nature, se trata de un túnel circular de 100 kilómetros de longitud, lo que supone cuatro veces más largo que el actual Gran Colisionador de Hadrones (LHC) situado cerca de Ginebra, bajo el subsuelo de la frontera franco-suiza, a una profundidad de entre 50 y 120 metros. Pero si importante es el tamaño de este acelerador, también lo será la maquinaria propulsora de las partículas, capaz de lograr energías de colisión que podrían abrir la puerta a la nueva física.

Lo que ahora está por conocer es que la apuesta del CERN aporte la primera pista para que la comunidad científica pueda seguir tirando del hilo en su afán por conocer todo lo desconocido hasta la fecha, como es la materia y la energía oscura. Ambos conceptos representan el 94,5% del universo y por ahora quedan alejado del alcance del ser humano. Únicamente el 4,5% restante de la denominada materia ordinaria (los átomos), está bajo el dictado del modelo estándar, lo que incluye todas las estrellas y galaxias que podemos ver desde el origen del universo.

Entre otros detalles, conocer algo sobre la materia oscura permitiría a la comunidad científica salir de su actual bloqueo y alcanzar aproximaciones sobre la energía que permite al universo crecer de la forma acelerada que lo hace.

Presupuesto creciente

Si en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas se emplearon 20 años de trabajo y unos 2.000 millones de euros, el nuevo gran colisionador requerirá un presupuesto inicial de 9.000 millones. De ese importe, 5.000 millones de euros se destinará para horadar y construir el mayor túnel del mundo, así como los laboratorios y centros en superficie. Otros 4.000 millones de euros se emplearán para construir una máquina capaz de producir colisiones entre electrones y positrones con una potencia de hasta 100 TEV (teraelectronvoltios), más de siete veces mayor que el actual LHC, de 14 TEV.

No obstante, el presupuesto podría incrementarse en otros 15.000 millones de euros en una segunda fase, hasta alcanzar un total de 24.000 millones de euros, en el supuesto de que se complemente el FCC con otro gran acelerador capaz de provocar colisiones mucho mayores en el horizonte de 2050. El CERN deberá debatir el próximo año la suerte de este súper colisionador, decisión en la que no solo interviene la elite científica en la materia sino también decenas de gobiernos de los países miembros del consorcio, entre ellos España.

El gran hito se produjo en 2012, cuando se descubrió el bosón de Higgs

Las misma publicación recuerda que los estudios preliminares del futuro FCC comenzaron en 2014, trabajos en los que han participado más de 1.300 expertos. Estos técnicos aún no tienen claro si semejante inversión será la más rentable de las posibles. Así, algunos físicos cualificados del CERN proponen proyectos alternativos, como la instalación de un radiotelescopio en la parte oculta de la Luna, por ejemplo, que podría aportar descubrimientos por ahora imposibles desde nuestro planeta. Pero esa es otra historia.

En detrimento del futuro FCC pesa que su antecesor, el LHC, ha contribuido escasamente en los siete últimos años. El gran hito se produjo en 2012, cuando se descubrió el bosón de Higgs, partícula elemental que cierra el denominado modelo estándar de física de partículas. Pero desde el destello del referido bosón de Higgs no se ha descubierto nada realmente determinante. Con este nuevo proyecto, el anhelo y ambición de los científicos del CERN consiste en desvelar qué tipo de partículas forman la materia oscura. Y quizá podría aportar luz sobre el asunto una infraestructura como el FCC, capaz de producir sacudidas entre electrones contra positrones (antielectrón), así como choques de protones contra protones en la segunda fase.

En la misma carrera que el CERN se encuentra China, potencia que amenaza seriamente la hegemonía europea

Ahora bien, frente a tan colosal presupuesto, nadie asegura que el hecho de crear una maquina capaz de provocar impactos más fuertes que los actuales garantice descubrir algo nuevo. Uno de los grandes sueños de los físicos consiste en encontrar la partícula mínima de gravedad. Es algo que por ahora se escapa del conocimiento humano pese a que es la fuerza que mantiene unido todo el universo. Esas dudas seguirán sin resolver con las herramientas actuales, por lo que existe la esperanza de salir del bucle de ignorancia con la ayuda del nuevo colisionador.

En la misma carrera que el CERN se encuentra China, potencia que amenaza seriamente la hegemonía europea en física de partículas. Mientras que el Viejo Continente se asusta frente el volumen de inversión del FCC, el gigante asiático ya ha aprobado su particular proyecto de colisionador de partículas, con prestaciones similares al europeo, pero con un plazo de puesta en marcha de 2030, diez años antes que el referido FCC.

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