Tecnología

La ropa inteligente conquista el armario de la generación 4.0

El sensor Spire permite controlar el consumo calórico desde el sujetador

Marcas deportivas y tecnológicas unen fuerzas para mostrar de lo que son capaces. Para ello, están recurriendo a materiales como el grafeno o el kevlar, más propios de entornos industriales vinculados a la aeronáutica o la investigación espacial. Entre otras compañías, podemos citar la iniciativa de los hermanos aventureros Nick y Steve Tidball: Vollebak. Antes de ponerse a trabajar con el grafeno, consiguieron fabricar con kevlar una sudadera con una vida útil de un siglo, lo cual es práctico si queremos que ésta pase de generación en generación. También han sido capaces de desarrollar chaquetas reflectantes que se cargan con la energía del sol. Quizá lo más práctico resulte la mezcla de grafeno con nylon y poliuretano para fabricar tejidos más fuertes y resistentes, también capaces de repeler el agua, mantener una temperatura estable e incluso ahuyentar a las bacterias.

Samsung, por ejemplo, ya ha desarrollado un sistema que no solo permite cargar nuestros dispositivos móviles, sino que él mismo recolecta la energía a partir de nuestro movimiento. La misma firma surcoreana aprovechó los pasados Juegos Olímpicos de Invierno para probar un traje -SmartSuit- para el equipo de patinaje holandés. En ese caso, el entrenador podía monitorizar los movimientos de sus integrantes a través de cinco sensores colocados en diferentes zonas del cuerpo. Eso le permitía conocer cuál estaba rindiendo mejor y qué había que corregir en cada deportista. Incluso en remoto y en tiempo real, desde el móvil, el entrenador podía enviar señales y hacer vibrar el sensor situado en la parte del cuerpo que no estuviera en la posición adecuada. Así el patinador podía enmendar la postura lo antes posible.

También Philips está aplicando sus innovaciones a la ropa, en este caso, con la finalidad de mejorar nuestro descanso. En la pasada feria IFA, celebrada en Berlín a principios de septiembre, pudimos conocer una especie de máscara con sensores que debemos colocarnos en la cabeza cuando nos vamos a la cama. Estos chips detectan el momento en el que pasamos del sueño ligero al sueño profundo, también conocido como REM. En ese instante, entra en acción la inteligencia artificial emitiendo una serie de impulsos al cerebro que amplifican la longitud de las ondas. Así consiguen que esa sensación natural se prolongue durante el máximo tiempo posible. A la mañana siguiente, si queremos, también podemos consultar en una aplicación en el móvil cómo hemos descansado a través de unas gráficas.

Tejidos programables

La inteligencia artificial también tiene mucho que decir en estos nuevos artículos, a medio camino entre la moda y la tecnología. Desde el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), el profesor Yoel Fink trabajó en el desarrollo de tejidos que pudieran programarse. A partir de ahí, la compañía Qoowear ha avanzado en un prototipo que tiene la peculiaridad de mantener una temperatura estable a través de diferentes puntos. Esto lo consigue con independencia de la actividad que estemos llevando a cabo y de las condiciones climatológicas... Esos sensores detectan las partes más frías del cuerpo y le dan la temperatura que hemos seleccionado. Además, como cabía esperar, también nos mide las clásicas variables de pulsaciones y tensión arterial para alertarnos en caso de que haya algún riesgo para nuestra salud.

Esta tendencia hacia la ropa conectada ha dado lugar a alianzas curiosas entre marcas como Levi's Strauss y Google, con una chaqueta que nos permite controlar el móvil sin tener que sacarlo del bolsillo. Entre sus últimas actualizaciones, permite al contratar un viaje de Uber -o de la norteamericana Lyft- saber desde la manga cuándo faltan tres minutos para que llegue el vehículo a recogernos y cuándo ya está esperándonos en el punto que hemos acordado.

Las nuevas prendas tecnológicas deben optimizar su batería y algunas incluso se recargan solas

Otro acuerdo de Google y Levi's con la firma de sonido Bose nos permite activar un modo de cancelación de ruidos para disfrutar de la música de la mejor manera posible, pero al mismo tiempo es sensible a determinados sonidos que nos conviene seguir escuchando del tráfico y de otros viandantes para evitar algunos riesgos. Tampoco son nuevos los zapatos deportivos Under Armour. Ya van por la tercera generación de zapatillas que se adaptan a cada pie, pero también destacan por esa conectividad, que les lleva a registrar todas las variables clásicas de una aplicación deportiva desde el punto de contacto con el suelo.

Los fabricantes de todos estos dispositivos wearables se han dado cuenta de que estos deben de tener la máxima autonomía posible. De ahí que algunos se puedan recargar solos o que hayan sido diseñados para optimizar al máximo sus baterías. Sus fabricantes saben que cuantas más veces haya que cargarlos, más probabilidades hay de que acaben arrinconados.

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