
Si en la mesa de una terraza callejera estuvieran abandonados los dos últimos terminales de la familia Galaxy de Samsung, posiblemente ningún amigo de lo ajeno distinguiría el Note 9, de entre 1.009 euros (128 GB) y 1.259 euros (512 GB), del nuevo Galaxy A7, de 349 euros, presentado hoy en Milán.
De un simple vistazo, ambos parecen gemelos, pero sólo se trata de una impresión. Tras una mirada más calmada se aprecia en el modelo premium atesora una pantalla de 6,4 pulgadas, ligeramente más alargada que el de la gama media, de 6 pulgadas un poco más ancho que el su hermano mayor.
En la parte trasera destacan las primeras diferencias, en este caso favorables al A7, por primera vez con tres cámaras, dispuestas en vertical, con su correspondiente flash. Por su parte, el Note 9 presume con sus dos ópticas, dispuestas en horizontal. Asimismo, el sensor de reconocimiento de huella del buque insignia de Samsung se sitúa en la carcasa trasera, mientras que en el más joven de la familia Galaxy se acopla en el lateral, donde por ahora no se extiende su pantalla curva.
Un paseo entre las funciones avanzadas de ambos equipos desvela que el A7 tiene idéntico catálogo de servicios que el smartphone que casi le triplica en precio, a excepción del puntero S Pen, distintivo del Note 9, y la opción de mensajería dual, que invita a utilizar dos cuentas independientes para la misma aplicación. En el apartado de datos biométricos y seguridad, sucede más de lo mismo, salvo que el equipo tope de gama brinda el escaneo inteligente con el registro del iris, donde no alcanza el A7.
La compatibilidad del A7 no tiene nada que envidiar al Note 9 ya que ambos se entienden perfectamente con todos los productos y wearables de la compañía, sin olvidarse de los videos grabados en 360º con el Samsung Gear 360, o los auriculares inalámbricos Gear IconX y el wearable Galaxy Watch.
El Note 9 se impone en potencia bruta
La batería de 3.300 miliamperios del A7 queda por debajo de los 4.000 del equipo bandera, así como la calidad y resolución de la pantalla infinita super AMOLED del A7 (1080x2220), frente a la del Note 9, orgulloso de su Quad HD+ Dual Edge Super Amoled (2.960 x 1.440).
Donde las diferencias se hacen relevantes entre el primero de la clase y el A7 se encuentran en el rendimiento. El Note 9 arrasa en las comparativas con los 8 GB de memoria RAM y su capacidad de almacenamiento de 128 GB o 512 GB (ampliable a su vez en otros 512 GB con tarjeta micro SD), así como el procesador de 10 nanometros del Note 9. Todo lo anterior ofrece un mundo posibilidades a los aficionados a la multitarea, los videojuegos y los videos de alta calidad en streaming, algo que los usuarios del A7 no podrían igualar.
Las prestaciones multimedia también permiten al Note 9 distinguirse de sus hermanos menores al disponer de una doble cámara principal de 12 megapixeles, con apertura focal de f:1,5 y f:2,4 y la frontal de 8 megapixeles con luminosidad f:1,7.
También ofrece una resolución de grabación de vídeo de UHD 4K y la función de cámara lenta con 940 frames por segundo. Por su parte, el nuevo A7 ataca con una óptica de 24 megapixeles (f:1,7) con un gran angular de 8 megapíxeles (f:2,4) que cubre hasta 120 grados, casi lo mismo que puede captar el ojo humano, y un zoom óptico de 5 megapíxeles (f:2,2). Por su parte, la cámara de los selfies del A7 alcanza los 24 megapixeles con una apertura focal de f:2,2