Tecnología

Las telecos españolas saldan con ganancias el primer año sin roaming

  • Los operadores compensan los menores márgenes con más consumo

Los operadores de telecomunicaciones españoles tendrán motivos para felicitarse cuando en los próximos días hagan un balance favorable del primer año sin roaming, fecha que se cumplirá el próximo 15 de junio, muy lejos de las presumibles pérdidas de ingresos en el tráfico internacional que esperaban poco antes del pasado verano.

De esa forma, los operadores se unen a los usuarios y reguladores, estos últimos notablemente satisfechos desde el primer día por la supresión de los sobrecostes por itinerancia en la Unión Europea.

Gracias al denominado RLAH (roaming like at home), los consumidores europeos de telefonía móvil vienen pagando en sus desplazamientos por el continente prácticamente lo mismo que harían en su propia casa por hablar y navegar con su móvil en otros países.

Los Gobiernos también se sienten orgullosos de la iniciativa, hasta el punto de considerarla como una de las más eficaces exponentes del sentimiento comunitario, junto con la unificación de la moneda o la eliminación de las fronteras comunitarias.

El beneficio del fin del roaming

Pero además de los anteriores, las telecos han logrado lo que se presumía imposible hace casi 12 meses atrás: que el fin del roaming resultara beneficioso para los dueños de las redes móviles. Esto último se pone de relieve en el informe publicado el pasado abril por el Berec (Body of European for Electronic Communications), organismo que representa a los reguladores europeos de las comunicaciones electrónicas. Según dicho estudio, la demanda del tráfico móvil se incrementó sólo durante el pasado verano el 434% respecto al mismo periodo de 2016.

Ese alto volumen permitió a los operadores negociar de forma ventajosa los precios mayoristas que se obran los operadores entre ellos cuando utilizan infraestructuras ajenas. Es decir, lo que las telecos han dejado de ingresar por las rebajas de las tarifas internacionales lo han compensado al disfrutar de un mayor tráfico en sus redes, aunque sea a convivir con menores márgenes.

También resulta muy curioso que los operadores hayan situado sus tarifas mayoristas mucho más baratas de lo que estaban obligados por la CE. En concreto, el máximo precio permitido (price cap) que marca Bruselas a las telecos nacionales por gestionar en sus redes los servicios de clientes de operadores extranjeros es de 3,2 céntimos de euro por minuto de voz, mientras que la media que se cobran los operadores europeos fue de 2,41 céntimos por el mismo concepto.

En el caso de los SMS, las telecos se cobran entre sí 0,55 céntimos por cada mensaje corto gestionado, cuando podrían elevarlo hasta 1 céntimo. Además, se facturan cada MB a 0,40 céntimos, frente a los 0,77 céntimos que podrían hacerlo sin recibir advertencias de la CE. Es decir, por el simple juego de la oferta y la demanda, las telecos se sienten satisfechas al ingresar algo menos de lo que podrían cuando posibilitan las llamadas de turistas extranjeros sobre sus redes, siempre a cambio también de gastar menos cuando son sus clientes utilizan redes ajenas al viajar por otros países y hacer uso del móvil.

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