Los drones se han convertido en el nuevo dispositivo de moda por su particularidades. Pueden servir desde aliados de la industria hasta como juguetes último modelo, en función del tipo, características y potencia.
Precisamente las aeronaves han comenzado a cuajar como una nueva aficción entre niños y adultos. Sin embargo, uno de los principales problemas con el que se siguen topando los dueños de drones son las prohibiciones y restricciones para volarlos, especialmente en la ciudad, lo que hace complicado lograr la destreza necesaria para pilotarlo.
Es por ello que se ha inaugurado recientemente en L'Hospitalet del Llobregat (Bacerlona), la primera pista indoor de España, y una de las pocas que existen en todo el mundo, con la idea de que los usuarios puedan volar los drones en un entorno cerrado, de forma controlada y segura.
El parque se llama Indrone Park y cuenta con dos pistas: un circuito en primera persona (FPV, en ingés) de 1.200 metros cuadrados para pilotar drones, en el que los pilotos pueden demostrar su destreza y pericia pilotando drones. Se organiza en franjas de 15 minutos, con un máximo de 8 pilotos de forma simultánea. La segunda pista es un circuito de 200 metros cuadrados donde los pilotos pueden practicar con sus propios drones, y en la que se pueden celebrar eventos, y combates de drones.
"Queremos que cualquier persona, sin límite de edad, pueda vivir la experiencia de volar un dron y experimente la sensación y la adrenalina de pilotar como si estuviera subido en él, gracias a las gafas que permiten seguir su vuelo por la pista. (...) En 30 minutos conseguimos que, sin haber tenido ningún contacto con un dron, cualquiera sea capaz de completar vueltas al circuito con las gafas y sin estrellar el dron", explica Javier de Mendoza, cofundador de Indrone Park.