
Weimei es una joven compañía española de telefonía móvil fundada a finales de 2015 por Juan Yuan y Pablo Yuan, dos jóvenes emprendedores hijos de emigrantes chinos asentados en España desde hace años. El objetivo de la startup madrileña es ocupar el hueco que hay entre los terminales de alta gama y las alternativas chinas que sacrifican la asistencia por un menor precio con smartphones que combinen una buena relación entre calidad y precio.
Para ello, Weimei cuenta con un acuerdo de colaboración con el fabricante Gionee, uno de los cinco mayores de China, el cual adapta parte de su producción para la comercialización en exclusiva de sus terminales en España y Portugal a través de la compañía. El acuerdo con el gigante asiático es posible gracias a que Juan y Pablo son trilingües en español, chino e inglés y su conocimiento de la cultura china y española les permite desenvolverse con soltura, reconoce Juan Yuan, consejero delegado de Weimei, a elEconomista.es.
Además del conocimiento de ambas culturas, Yuan ha tenido una relación con la tecnología desde muy joven. Desde los 15 años compaginó sus estudios con el trabajo algunos meses en la tienda de su electrónica de su padre, donde empezó a "trastear con los aparatos. Me inculcó la pasión por la tecnología. He podido ver cómo estaban configurados los circuitos, cómo evolucionaban los productos". Una base que le sirve ahora, 11 años después, para asomarse al competitivo mercado de la telefonía.
¿Cómo deciden fundar una empresa de smartphones?
En enero de 2015 mi primo estaba en Italia con su empresa de servicio técnico de telefonía, arreglando teléfonos para diferentes marcas y yo trabajaba en una compañía de social media en Inglaterra. Veíamos que había mucho producto en China que había evolucionado, que de verdad se estaba invirtiendo en I+D y por muchas barreras no llegaban aquí a España. Podíamos ser el puente perfecto por nuestro background, nuestra pasión por la tecnología y las ganas por montar un negocio por nosotros mismos, comprendimos que era el momento.
¿Cómo se lanza una nueva marca en un mercado congestionado de opciones?
En España se produce un cambio cuando las operadoras deciden dejar de subvencionar los terminales, con lo que crecen los teléfonos libres. Ahora es el 50% del mercado, ha crecido muchísimo la telefonía libre, con lo que para pequeñas startups como nosotros es una suerte.
No hay una tecla mágica para darte a conocer y crear confianza. Es una suma de muchas cosas. Es esencial dar un buen producto y tener un soporte impecable, creemos que para crecer a largo plazo tienes que dar un soporte local y no sólo competir en precio.
¿Cómo es la relación con Gionee?
Es excelente, tenemos apoyo total con ellos y creemos que es el partner perfecto para nosotros. Por nuestro tamaño, nosotros no podemos sobrevivir sin el apoyo de la fábrica de Gionee, ni tampoco ellos podrían trabajar en un mercado local como el español sin nuestro apoyo.
Hay áreas más especializadas que las hace Gionee estrictamente (diseño, ensamblaje...) pero hay partes en software en la que está enfocado hacia nuestro uso. Tenemos 9 ingenieros de software dentro de Gionee solucionando bugs que puedan haber e intentando innovar y que los teléfonos puedan realizar diferentes acciones para el terminal. Exprimir todo el rendimiento del teléfono.
¿En qué os centráis para sacar ese jugo al smartphone?
Lo principal es la fluidez. Nuestra capa de personalización de WeOS permite que las aplicaciones se muevan rápido, que no se trabe, ése es el objetivo prioritario y es la vara de medir para todo lo que queramos añadir después. ¿Para qué quiero muy buenas funcionalidades si luego va todo lento? No puede funcionar así.
¿Cómo es el proceso para elegir el teléfono con Gionee?
Va por fases. Primero se mira a la larga, cuáles van a ser las tendencias del año. El mercado chino va por delante de Europa, y se ven las tendencias antes allí que aquí. Por ejemplo, la carrera por el hardware allí se ha parado y aquí se va a parar también.
Ya casi hemos logrado que la fluidez sea plena en los móviles, cargando aplicaciones fuertes y trabajar bien; ahora la gente quiere que la batería de sus teléfonos duren más o hagan mejores fotos. Son las peticiones principales.
Gionee tiene un catálogo de productos que comercializan tanto en China como en otros países. Hay algunos que sí que los incorporamos y hay otros que decidimos hacer cambios para traerlos aquí. Por ejemplo, en el modelo Force creíamos que los 2 GB de RAM se quedaban cortas por lo que necesitábamos hacer un esfuerzo y subir a 3 GB. En otros buscábamos más megapíxeles para ser más fuertes en el apartado fotográfico. Son cambios que no son inmediatos, sino que se planean a largo plazo en el desarrollo del producto, con lo que el objetivo es global y ver hacia dónde pueden ir los modelos. Al final, si no haces el esfuerzo e innovas para añadir esas cosas, te quedas atrás.
¿El mercado chino innova más?
El mercado chino tiene más tendencia a innovar, a aceptar las novedades y a incorporarlas, por eso creo que está a dos o tres pasos por delante de aquí. También por esa razón queremos que España llegue a esos dos o tres pasos por delante y por eso ofrecemos nuestros productos.
Ve al mercado chino va por delante de la occidental, ¿cree que los smartphones chinos se empiezan a conocer más y a interesar en España?
Algo parecido pasó con los productos japoneses después de la guerra mundial. Sony, Toshiba son ahora marcas muy conocidas pero si retrocedemos en el tiempo, vemos que no era así. Creo que ahora vemos eso mismo en productos chinos. Todo el mundo tiene un comienzo y se empieza de forma humilde. Veo a China en una buena dirección porque está innovando y está apostando por crecer y sacar productos nuevos.
Nuestra apuesta por el producto chino, por eso nos llamamos Weimei [el único, en chino], es porque queremos enarbolar la bandera que demuestre que el producto chino está mejorando, está cambiando. Ya no es un producto barato, se está innovando y se está logrando un producto mucho mejor.
Habla de tendencias e innovación, parece que este año pasa por eliminar marcos.
Sí, tener pantallas curvas o eliminar marcos es una tendencia que vamos a ver bastante en muchos terminales. Es una dirección a seguir. Lo que pasa es que las pantallas se están encareciendo cada vez más.
Si todo el mundo apuesta por mismos componentes, al final el precio sube. ¿Es posible compatibilizarlo con aspirar a ser un producto de gama media?
Las grandes marcas cobran tanto porque tienen estructuras de empleados muy grandes. Esa también fue una de las razones por las que empezamos, porque veíamos que se podía ofrecer un buen producto a un precio mucho más competitivo que 700 o 900 euros.
El precio al final lo dicta el mercado. El año pasado vimos un encarecimiento de las pantallas -que se va a seguir viendo- porque el 90% de los players está formado por 4 o 5 fábricas en China, no hay muchas, es casi un oligopolio. Algo parecido lo vamos a ver en las cámaras con la moda de tener doble cámara, porque hemos pasado a móviles de 3 y cuatro cámaras, al final el mercado dicta que ese precio va a subir. Pese a todo, hay margen de comprar a buen precio, ensamblar y sacar un buen producto a precio competitivo.
Nosotros ahí jugamos con ventaja de tener un parter como Gionee con el que las economías de escala son diferentes. Gionee trabaja en varios países con diferentes partners como somos nosotros en España, además ellos venden en China, con lo que globalmente todos somos una figura muy grande para negociar mejores precios.
Marcas conocidas también apuestan por la gama media, ¿cómo se consigue que el usuario salte a marcas menos conocidas?
Eso es confianza en el mercado. Es que el usuario te conozca más. A día de hoy hay bastante hueco para que haya una gama media muy competitiva si se mira el coste al que puede salir un terminal y a lo que se está vendiendo aquí. Nosotros tenemos ese espíritu de competir a precios competitivos, de romper el mercado.
¿El precio es fundamental?
Es fundamental dependiendo de cómo es su servicio y lo que rodee a la marca. Por ejemplo, hay muchas webs que venden terminales a precio de derribo, muy, muy baratos. ¿qué pasa? son precios que muchas veces son el precio de fábrica más 10 dólares. El transporte se puede conseguir desde China por dos dólares. Tienes un beneficio de 8 dólares por terminal, que, si no tienes que cubrir garantía, soporte? sólo compiten por precio. Muchos de ellos entran en España sin homologación, sin pagar IVA pero, ¿por qué estos no son los dominadores del mercado? porque el precio al final no lo dicta todo, es como la marca tenga conformado el precio con otros factores para convencer al consumidor.
¿Cuál es su objetivo en España?
Empezamos en 2015 y en octubre empezamos a vender nuestras primeras unidades, a probar el agua, como quien dice. 2016 empezamos a trabajar más la distribución, a que nos conozcan más, a crear ese branding awareness, nos tiramos a la piscina. Y este año es cuando tenemos que empezar a bucear. El gran objetivo es afianzar esa confianza, tanto del consumidor final como del punto de venta.
¿Se plantean retos de cuota de mercado?
Aparecer en cuota de mercado no es prioritario. Hay empresas para las que sí, porque viven de eso, están en bolsa, tienen que reportar su tamaño en los diferentes mercados. Para nosotros crecer y dar solución a más personas es un objetivo más importante que tener que aparecer en el GFK.
¿Están preparando nuevos teléfonos?
Sí que hay nuevos modelos en desarrollo que se presentarán en junio. Si no tienes nuevos productos, no vendes y al final te quedas atrás. Es clave para seguir afianzándonos y seguir dando apoyo a nuestros usuarios y a los puntos de venta para que nos conozcan más. El sector profesional nos conoce, pero el gran público no tanto. Ese es el reto.
¿Piensan en salir de España?
Todos queremos dar el salto y que nos conozcan más, pero hay que hacerlo con prudencia. La gran barrera para nosotros es el servicio postventa. El poder vender en otro sitio me gustaría, claro, pero si no puedes dar ese servicio de una forma apropiada con una gestión local es muy difícil expandirse. Tienes que mantener la imagen. Dar un paso adelante y después dar dos pasos atrás no me interesa.