
El populador buscador propiedad de Alphabet planea introducir un adblocker para su navegador Chrome, tanto para escritorio como para móvil, y que podría venir activado por defecto, según publica el diario The Wall Street Journal citando a fuentes conocedoras de los planes de Google.
La idea de Google, en cualquier caso, no es bloquear todos los anuncios, sino filtrar aquellos que puedan empeorar la experiencia del usuario. De momento, no hay más detalles sobre qué tipos exactamente serían los bloqueados, aunque en principio serían los que recientemente se han definido como inaceptables por "La Coalición para mejores anuncios" (The Coalition for Better Ads), asociación encabezada por Google y en la que participan también marcas y medios de comunicación.
Entre los formatos que no se ajustan a los 'estándares' publicados por esta asociación se incluyen los pop-ups, los vídeos que se reproducen automáticamente con sonido y anuncios que contador de segundos que sobrepasan lo aceptable por el usuario.
De hecho, Google todavía tiene que afinar sus planes y el lanzamiento podría retrasarse unas semanas. De hecho, el WSJ advierte de que el plan no es definitivo e incluso podría no llevarse a cabo. Una de las posibilidades que baraja el gigante de Mountain View llevaría incluso a bloquear todos los anuncios de una web que no cumpliera con los estándares, no solo aquellos anuncios individuales que no lo hicieran.
A pesar de que pudiera parecer un movimiento contrario a sus intereses (la mayor parte de los beneficios de Google vienen de la publicidad digital), lanzar un adblocker sería una estrategia defensiva para frenar el crecimiento de este tipo de bloqueadores controlados por otras compañías.
Estos bloqueadores también son un quebradero de cabeza para los medios de comunicación, que dependen de la publicidad para sobrevivir. De hecho, han proliferado diferentes medidas para desincentivar su uso, desde el bloqueo de contenidos al lanzamiento de mensajes de aviso sobre la necesidad de la publicidad o incluso la muestra de artículos recortados.
El año pasado, Google ya se mostró públicamente en contra de los adblockers, argumentando precisamente que "no distinguen entre formatos publicitarios buenos y malos". Ahora, la compañía podría dar un paso más y tratar de colocar su propio filtro y de paso controlar un fenómeno que le puede afectar a largo plazo.