Tecnología

Cinco ciberriesgos potenciales que acarrean los wearables de actividad

En 2017 las tecnologías weareables seguirán avanzando para ofrecer a los usuarios soluciones que, hasta hace poco, parecían sacadas de la ciencia ficción. Entre ellos, han destacan los medidores de actividad física que son capaces de medir día a día habitual de cada persona.

Más allá de conocer la actividad física y poder conocer cómo es la respuesta del usuario frente a la actividad física, la otra cara de la moneda de esta tecnología -y su futuro desarrollo en wearables más modernos- es la ciberseguridad.

"Cuando una nueva tecnología se convierte en una tendencia mainstream adoptada por millones de personas, los ciberdelincuentes suelen ver una 'oportunidad' para atacar y aprovecharse de las brechas de seguridad. Hay miles de dispositivos y de aplicaciones mediante las que nos pueden hackear, por ello es muy importante que no descarguemos aplicaciones fuera de las tiendas oficiales y que no confiemos en dispositivos de marcas poco fiables", explica Hervé Lambert, Global Consumer Operations Manager en Panda Security.

Ante esto, cabe preguntarse, ¿qué riesgos surgen por el uso de tecnologías weareables?

1. Compartidos en redes sociales. Muchas de las aplicaciones y dispositivos que ayudan a monitorizar la forma en la que el usuario hace deporte suele llevar configurado por defecto que, por ejemplo, cada vez que se sale a correr avise a tus contactos en tus redes sociales de que ha comenzado una actividad.

"El hecho de decirle a las redes sociales que has salido a correr, ya es un riesgo en sí mismo. Si quieren entrar a robar a tu casa y saben que cuando corres, sales como mínimo 45 minutos, solo con monitorizar tu Twitter ya saben el tiempo que tienen para desvalijar tu casa", destaca Lambert.

2. Vigile la conexión con tu móvil. Los dispositivos más antiguos suelen tener grandes brechas de seguridad entre la conexión del fitness tracker y el móvil con el que van emparejados. Es decir, la información que el weareable envía al teléfono puede ser visible para algún hacker con experiencia.

3. Jugar con tu información. Toda la información personal a la que los ciberdelincuentes tienen potencial acceso tiene un sinfín de usos para ellos. Desde bromas de mal gusto hasta formas más maquiavélicas de influir en la vida de las personas.

4. Phishing y venta fraudulenta. Otra posibilidad que abre el robo de información personal a través de éstos dispositivos es el Phishing. Así, si unos delincuentes entran sin consentimiento en la información que generan los fitness trackers, podrían ver o inventar qué complementos vitamínicos le hacen falta para llevar una vida saludable. En el mejor de los casos, podrían venderle medicamentos que no necesita hasta podrían ofrecerle medicamentos falsos cuya ingesta podría perjudicar mucho su salud.

5. Puerta para otros dispositivos. Este tipo de dispositivos pueden convertirse en el caballo de Troya perfecto para los hackers avezados. Si consiguen insertar un virus que se quede latente durante meses en tu fitness tracker, solo es cuestión de tiempo que introduzca de nuevo una contraseña para que el malware pueda tomar el control de otros dispositivos con los que están emparejados.

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