
Fitbit presentó anoche los resultados relativos al tercer trimestre del año, en el que ganó 503,8 millones de dólares, menor a los 506,9 millones de dólares que esperaban los analistas. En este último trimestre la compañía ha logrado vender 5,3 millones de pulseras inteligentes, un 11% más que en el mismo trimestre del año pasado, sin embargo, el gran problema al que se enfrenta es la campaña navideña.
Los meses de noviembre y diciembre se han convertido claves en la compañía, ya que gracias a su precio y características Fitbit se había colocado tradicionalmente como uno de los regalos estrellas de Navidad, una tendencia que va a cambiar y el Apple Watch será el culpable.
De este modo, la empresa que dirige James Park ha pronosticado que ingresará de 725 y 750 millones de dólares frente a los 985 millones de dólares que pronosticaban los analistas. Esta caída de los ingresos y previsiones provocó el hundimiento de sus acciones que cerraron ayer en bolsa con una caída del 28%.
Y es que el menguante mercado de wearables se ha especializado y ha pasado de ser un complemento de moda a entender que la actividad física es el verdadero nicho que se ha de explotar y de dónde los fabricantes pueden lograr rentabilidad. Así lo ha entendido Apple que lanzó la semana pasada al mercado su Apple Watch deportivo aliándose con Nike, lo que afectará directamente a las ventas navideñas de Fitbit.
La firma de investigación IDC espera que con la nueva estrategia la compañía de Cupertino dispare la venta de su reloj inteligente en la campaña de Navidad, especialmente en EEUU, el mercado principal de Fitbit. Precisamente, los ingresos fuera de norteamérica se han reducido gravemente para la compañía de San Francisco donde el área Asia-Pacífico han llegado a desplomarse un 45,1% hasta los 35,7 millones de dólares, región donde Apple podría arañarle aún más cuota de mercado.
La fidelización, clave
Con el reloj de Nike Apple no sólo se ha orientado hacia los deportistas, sino que se estima que conseguirá una cuota de fidelización mucho más alta que la lograda por la compañía de Parker. De este modo, el Watch pasará a ser la primera opción de los runners con un iPhone que se planteen un medidor de actividad estas navidades.
Precisamente, la alianza con Nike está también pensada para atrapar al usuario y fidelizarlos hasta el extremo. No sólo cuenta con aplicaciones propias o esferas de reloj orientadas al deporte, sino que incorpora el acceso a su red social, en la que se pueden compartir consejos y tiempos con otros corredores afines. De este modo, la intereacción con el dispositivo es mucho mayor que con las actuales pulseras de Fitbit.
Como recuerda Alex Barredo en Mixx.io, uno de los datos que Fitbit ha dejado de mostrar en las últimas presentaciones de resultados es el uso de los mismos, con lo que se estima que el procentaje de interacción de los usuarios con dichas pulseras ha descendido, y así su interés por ellas.
Este envite de la competencia hace obligado a Fitbit el plantear formas de reinventarse y está cambiando del negocio del fitness hacia el de la salud. "El destino de Fitbit no está completamente bajo su control. A menos que las compañías encuentren una manera de conseguir que un mercado de masas de consumidores les ponga dispositivos en su muñeca, hay un limite", explica el analista de Forrester, Julie Ask, a Reuters.