A principios de octubre el Galaxy Note 7 se retiraba definitivamente del mercado tras sufrir problemas de ignición espontánea, con lo que acababa así con el teléfono estrella de la compañía y no terminaba de apagarse una absoluta crisis para la compañía.
Tras la retirada de los telefónos la compañía surcoreana se encuentra trabajando en averiguar la causa que ha podido provocar la combustión imprevista de los teléfonos. Una investigación que tiene otro incoveniente: está retrasando el desarrollo del Galaxy S8, y podría perderse el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona.
Después de la primera retirada del mercado, Samsung había establecido que el problema residía en las baterías. Sin embargo, los teléfonos volvieron a dar problemas y la causa de los incendios no estaba donde parecía. Desde entonces se especula con que el problema del Note 7 podría ser cupla desde la curvatura simétrica de su diseño, el diseño de la placa base e incluso el software que gestiona la carga rápida. Sin embargo, en Samsung no lo tienen claro.
Un portavoz de Samsung ha reconocido a The Wall Street Journal que "no se identificó correctamente el problema la primera vez y seguimos comprometidos con la búsqueda de dicha causa. Nuestra máxima prioridad es la seguridad de nuestros clientes".
Teniendo esta premisa por bandera, Samsung quiere que el problema no se vuelva a repetir en ningún terminal, por lo que la investigación habría afectado plenamente al desarrollo de su próximo gran teléfono: el Galaxy S8.
Siguiendo el tradicional calendario de presentaciones de la compañía, la llegada del Galaxy S8 (con una posible versión curvada S8 Edge) llegaría al mercado a finales de marzo, coincidiendo con la celebración del MWC. Sin embargo, los problemas del Note 7 harán que el S8 llegue al menos dos semanas más tarde al mercado, según han revelado fuentes del equipo de desarrollo al diario.
La mirada puesta en el futuro: habrá Note 8
Lo cierto es que Samsung está ya pensando en los próximos modelos y en cómo solucionar la crisis de reputación generada por el Note 7.
En lo que saca un nuevo modelo al mercado, la compañía surcoreana ha pasado a apostar por la promoción de su terminal más ambicioso por debajo del Galaxy Note 7: el Galaxy S7 Edge, un smartphone de altas prestaciones y también con una pantalla curvada. Sin embargo, las miras de Samsung para volver a cautivar al cliente van más allá.
Después de haber anunciado que compensará económicamente tanto a clientes como a proveedores de sus principales mercados, Samsung ha hecho oficial que dejará a mitad de precio el próximo modelo de gama alta que saque a sus usuarios coreanos, al tiempo que ha comunicado que seguirá apostando por la marca Note y llegará un Note 8 al mercado el año próximo.
De momento, ofrecerá de forma temporal un S7 o S7 Edge a los compraron un Note 7, un terminal que será posteriormente devuelto por el S8 o el Note 8. Cuendo lo devuelvan, tendrán que pagar la mitad de precio por el nuevo smartphone de la compañía.
