Tecnología

El robot que Google canceló por no superar la 'ley del cepillo de dientes'

Más allá de trabajar en el buscador, plataformas de vídeo, asistencia virtual inteligente, aplicaciones, smartphones y otros dispositivos, Google también se encuentra trabajando en el campo de la robótica. Su idea es que las soluciones robóticas pasen a ser un elemento más de consumo del ser humano para que se conviertan en un elemento práctico y recurrentemente útil para un gran grupo de personas.

Este planteamiento es conocido dentro de Google como la 'ley del cepillo de dientes', es decir, hacer un dispositivo práctico y completamente manejable para el uso diario del ser humano... pero también que sirva para cubrir la necesidad de miles de millones de personas. Una ley que en ocasiones resulta frustrante para sus propios trabajadores.

Tan a rajatabla se lleva esta ley implantada por el CEO de Alphabet, Larry Page, que la compañía ha decidido descartar el lanzamiento de un brazo robótico inteligente porque no iba a llegar a un mercado suficientemente grande.

Bloomberg explica que este brazo robótico industrial, diseñado por Meka Robotics -compañía que Google compró en 2013 para su departamento secreto Google X-, era un instrumento pensado para laboratorios gracias a su software y hardware asistencial. Y es que tras programarse, el robot ayudaba a los técnicos a mejorar en su día a día con funciones específicas, así como por su capacidad de poder levantar y mantener 4,5 kilos de peso.

Sin embargo, al tratarse de un dispositivo orientado hacia un nicho muy concreto, la compañía decidió que no superaba la 'ley del cepillo de dientes' y decidió descartar por completo su funcionamiento cuando ya estaban listos para enviar 50 prototipos de los robots.

"Los estamos utilizando para hacer investigación básica sobre la forma de aprendizaje de las máquinas, lo que podría ayudar a la coordinación de los robots, un campo de investigación prometedor, pero aún está en sus primeros días", explica a Bloomberg el portavoz de Google Jason Freidenfelds, quien insistió en que no hay plan para vender las máquinas.

Lo cierto es que Google está realizando una profunda investigación en su división robótica y que aún no ha terminado de definir para llegar al mercado. Por un lado se encuentra trabajando en el desarrollo de su apuesta más seria y exigente: los coches autónomos. Mientras que por otro parece que se olvida de la construcción de los equipos, pues después de haber comprado los robots de Boston Dynamics en 2013 anunció este año su intención de deshacerse de la división robótica.  Eso sí, se ha centrado en el desarrollo del software de los mismos para incorporar sistemas de inteligencia artificial que les permitan incluso componer de forma autónoma.

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