En 2007, Panda Security decidió apostar por la nube para combatir los ciberataques. De hecho, el 70 por ciento de sus ventas en el mercado corporativo -que supone el 55 por ciento de la clientela de la compañía- es de productos cloud. Recientemente, han lanzado la solución Adaptive Defense 360 y la Guía de seguridad para microempresas y autónomos, colectivos que sufren ataques informáticos en un 91 por ciento de los casos.
¿Por qué apostaron por la nube?
En 2007 decidimos ir a la nube y, a partir de entonces, todas nuestras aplicaciones están alojadas ahí, lo que nos permite realizar una constante innovación en un mundo tan digital y con tantos malwares como este. De esta forma, desde el cloud protegemos con más facilidad la vida digital de nuestros clientes.
Las redes sociales, la nube y el resto de tecnologías, ¿abren nuevos focos de infección?
Por supuesto. Ahora mismo hay varios factores: el aumento del número de dispositivos, la itinerantica -antes se trabajaba en la oficina y ahora se pasa mucho tiempo fuera- y el hecho de que todo ha cambiado. En el mundo digital tenemos que estar igual de protegidos que en el físico.
¿Cuáles son las principales amenazas a las que se enfrenta una empresa en Internet?
Uno de los mayores problemas es el robo de información. Muchas veces hay malware de la tipología del cryptolocker. Se trata de un virus que cifra todos los datos de un ordenador para pedir, posteriormente, un recate. Así, recomendamos poner sistemas proactivos para que no ocurra y no se pague ese rescate, ya que contribuye a que esta industria siga creciendo. También existe otro virus que actúa de forma más silenciosa y que, en entornos corporativos, se dedica a robar información.
Ante estos ataques, ¿qué es lo que puede hacer una compañía?
El antivirus es necesario, pero no es suficiente, porque el malware de nueva generación hace pruebas con los dispositivos de seguridad que existen en el mercado. Así, lo lanzan cuando ningún sistema los detecta.
¿Por qué las organizaciones no quieren denunciar los robos de información?
Hay menos denuncias de las que se deberían realizar y en algunos casos se paga la extorsión. De hecho, algunas empresas no han podido recuperar la copia de seguridad y han cerrado.
¿Es una cuestión de imagen?
Así es, si se roban los datos de los clientes, se termina dañando la propiedad intelectual de la compañía. Lo que tienen que hacer las empresas es cambiar de mentalidad, protegerse y dejarse asesorar.
¿Son más vulnerables las pequeñas que las grandes empresas?
Sí, las grandes tienen un equipo de seguridad; pero la pyme, con el cambio tecnológico, no es consciente de la importancia de la seguridad.