Tecnología

El FBI reconoce su derrota tecnológica al no desencriptar todos los archivos

  • El teléfono móvil del terrorista de San Bernardino es impenetrable

El director del FBI reconoció este martes que la tecnología de encriptado es efectiva a la hora de proteger los datos de los largos tentáculos del sistema policial estadounidense, y afirmó que, pese a llevar dos meses intentándolo, su agencia es incapaz de acceder al contenido del móvil que llevaba el atacante de la masacre de San Bernardino.

En una intervención ante el Comité de Inteligencia del Senado de EU, James Comey aseguró que el uso cada vez más frecuente de herramientas de encriptado cada vez más refinadas está "afectando de forma abrumadora" a las investigaciones juduciales.

Syed Rizwan Farook y su mujer, Tashfeen Malik, lanzaron un ataque al estilo de los perpetrados por los terroristas islamistas y asesinaron a 14 personas a balazos. Sin embargo, los investigadores aún no han sido capaces de determinar los lazos posibles lazos entre la pareja y militantes de Estado Islámico, y en buena medida acusan a la criptografía de ello.

Desde hace tiempo, las autoridades estadounidenses vienen intentando limitar la capacidad de los ciudadanos para encriptar sus comunicaciones, con el objetivo declarado de mantener la segridad interior a partir de los numerosos programas de espionaje masivo que han convertido el derecho al secreto de las comunicaciones en papel mojado.

El pasado año, la Casa Blanca se vió obligada a retirar una propuesta legislativa con la que pretendía obligar a las compañías de internet a facilitar medios para interceptar todas las comunicaciones, también las encriptadas.

Ese intento chocó frontalmente con los intereses no sólo de los grupos de defensa de los derechos fundamentales, sino también de gigantes como Apple o Google, que aseguraban que al dar al Gobierno esas herramientas estarían favoreciendo a sus competidores extranjeros que sí protegen la privacidad. Su razonamiento, que finalmente triunfó, era el siguiente: si los usuarios quieren privacidad y no se la damos en Silicon Valley, irán a buscarla en las herramientas de

Tras las revelaciones hechas por Manning, Julian Assange o más recientemente Edward Snowden, las comunicaciones encriptadas no dejan de ganar terreno entre los usuarios de todo el mundo. Aplicaciones como el chat encriptado de Telegram o el correo encriptado ProtonMail suman así usuarios que nada tienen que ver con el crimen organizado, la pederastia o el terrorismo, pero que igualmente quieren salvaguardar su intimidad no sólo de sus gobiernos (algo especialmente lógico en los regímenes dictatoriales), sino también de grupos de cibercriminales.

Pese a ello, los recientes atentados de San Bernardino y París han dado alas a quienes defienden una intervención aún mayor de las autoridades en la vida privada de los ciudadanos, y algunos senadores han asegurado así que apoyarían una norma que convierta las comunicaciones encriptadas en vulnerables.

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