Tecnología

Amnistía Internacional quiere que Apple certifique que sus móviles no se aprovechan de la esclavitud infantil

  • Hasta 40.000 menores trabajan en las minas de cobalto de la RDC
Una compañía china compra buena parte del mineral de cobalto.

Amnistía Internacional ha pedido a empresas tecnológicas como Apple o Samsung que se aseguren de que no están usando cobalto extraído con mano de obra infantil en sus productos. La ONG ha alertado así de los abusos que se están cometiendo en República Democrática del Congo, un país en cuyas minas trabajan niños de apenas siete años, y del que sale uno de cada dos gramos de este preciado metal.

Amnistía y Afrewatch han difundido un informe en el que siguen la pista al mercado del cobalto, utilizado en las baterías de litio y extraído en algunas minas artesanales donde no sólo se juegan la vida los adultos, sino también los niños.

La investigación, que toma como referencia documentación utilizada por inversores, sitúa el origen del cobalto en zonas de República Democrática del Congo donde el trabajo infantil está muy extendido. El mineral pasa después a la Congo Dongfang Mining (CDM), una filial del gigante chino del comercio de minerales Zhejiang Huayou Cobalt Ltd (Huayou Cobalt).

Ambas empresas procesan el mineral y lo venden a tres empresas de componentes para baterías en China y Corea del Sur que en 2013 adquirieron cobalto por valor de 90 millones de dólares. Cerrando el ciclo, estas últimas lo entregan a su vez a fabricantes de baterías que suministran a empresas como Apple, Microsoft, Samsung, Sony, Daimler y Volkswagen, entre otros.

Sombras de sospecha

Para elaborar su informe, los investigadores de Amnistía y Afrewatch hablaron con 87 mineros -17 de ellos niños- de cinco explotaciones diferentes del sur de la RDC, así como con 19 distribuidores. También siguieron el recorrido de algunos vehículos para rastrear el origen y destino de un material sobre el que pesa la sombra de la duda.

Al menos 80 mineros artesanales perdieron la vida en los túneles del sur de la RDC entre septiembre de 2014 y diciembre 2015, si bien Amnistía ha advertido de que "se desconoce la verdadera cifra" porque se ocultan los accidentes. "Se dejan los cadáveres enterrados bajo las rocas", lamenta el informe.

Lo normal son jornadas de trabajo de hasta doce horas sin usar apenas equipo de protección, para un negocio que según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) emplea a 40.000 niños en el sur del país africano.

Es el caso de Paul, un niño huérfano de 14 años que ha llegado a pasar 24 horas sin salir a la superficie y que ha contado cómo su familia adoptiva le "explotaba".

"Llegaba por la mañana y me marchaba a la mañana siguiente [...] Tenía que hacer mis necesidades allí abajo", ha relatado. Amnistía Internacional se ha puesto en contacto con 16 multinacionales que figuraban en la clientela de esta red y ninguna ha proporcionado datos suficientes para comprobar, de manera independiente, el origen del cobalto.

Sólo una empresa admitió la relación con Huayou Cobalt y cinco la negaron, mientras que dos incluso rechazaron cualquier suministro procedente de la RDC.

Enterrados en la mina

El investigador de Amnistía Internacional sobre Empresas y Derechos Humanos, Mark Dummett, ha comparado los "fascinantes escaparates y anuncios de las tecnologías de vanguardia" con "los niños cargados con bolsas llenas de piedras y los mineros que desfilan por estrechos túneles excavados artificialmente, expuestos a sufrir daños pulmonares permanentes".

En este sentido, ha advertido de que "sólo en raras ocasiones" las personas se preguntan el origen de las nuevas tecnologías y ha pedido a las grandes marcas que "asuman parte de la responsabilidad" por el origen de sus "lucrativos productos". El mensaje incluye menciones a firmas como Apple, Samsung y Sony, a las que recrimina que no hagan "comprobaciones básicas".

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