
El reciente cierre de Fotolog, la primera red social dedicada a la publicación de imágenes desde 2002, ha destapado las ambiguas condiciones con las que operan algunos de estos sitios web.
Según relata El Periódico de Cataluña, los usuarios de Fotolog se quedaron 'colgados' ante el cierre, sin ser avisados previamente ni, por tanto, tener posibilidad de rescatar los contenidos que habían publicado a lo largo de su actividad en la red.
Muchos de sus 33,5 millones de usuarios llevaban unos meses quejándose de problemas en el servicio. Y de pronto, sin comunicación previa, Fotolog cerró. No ha sido el primer caso. Mipasado.com, Friendster, Sixdegrees.com también corrieron la misma suerte, llevándose por delante los datos y contenidos de sus usuarios.
La letra pequeña de las redes sociales, que pocos usuarios se detienen a leer, revelan algunos abusos que se contemplan sin pudor. Por ejemplo, cuentas no heredables ni transferibles en la biblioteca de música y libros de Amazon y Apple; derecho a cierre de almacenamiento sin previo aviso por parte de Dropbox, o cambios de nombre del usuario sin consultarle antes en Vine.
Las webs de redes sociales, al igual que otras, firman que los contenidos de los usuarios pertenecen a los mismos. Sin embargo, la ambigüedad en las condiciones pone esto en entredicho en casos reales como el de Fotolog y difumina la validez de los derechos descritos.