
El coche autónomo, que los más optimistas prometen que nos llevará a un mundo sin accidentes, ha hecho exactamente lo contrario hasta este momento: los robots acumulan una tasa de accidentes que duplica la de los conductores humanos. ¿Por qué?
Pues porque los robots como el desarrollado por Google obedecen la ley siempre, en todo momento, sin excepción. Y aunque esto pueda parecer justamente la manera correcta de conducir un coche en una calle tranquila, no sirve de mucho cuando el coche autónomo tiene que incorporarse a una autopista llena de conductores que se comportan de manera caótica y que, a menudo, no respetan la norma y circulan muy por encima del límite de velocidad.
Conforme los incidentes han ido creciendo -de momento poco más que incidentes con daños de chapa y pintura, un curioso debate crece: ¿Deberían los programadores de Google enseñar a sus coches a cometer infracciones cuando sea necesario para evitar problemas mayores?
"Es un debate constante en nuestro grupo", afirma Raj Rajkumar, codirector del General Motors-Carnegie Mellon Autonomous Driving Collaborative Research Lab en Pittsburgh.
"Hemos decidido que es buena idea que los robots se atengan a los límites de velocidad. Pero si tú mismo sales a la autopista y respetas ese límite, comprobarás que constantemente otros coches pasan volando por tu izquierda", afirma Rajkumar, que el año pasado hizo una demostración de la tecnología autónoma con miembros del Congreso de EEUU.
El Cadillac SRX de su laboratorio se comportó a la perfección hasta que tuvo que incorporarse a la autopista I-395 sur y cruzar tres carriles repletos de tráfico sólo 137 metros, para seguir camino hacia el Pentágono, en Washington DC.
Las cámaras del coche y sus sensores láser detectan el tráfico con un radio completo de 360 ​​grados, pero los coches venían tan rápido por detrás que el robot no se atrevía a cambiarse de carril por miedo a provocar una colisión por detrás, así que Rajkumar tomó los mandos.
La alta tasa de accidentalidad de los robots se explica así por un número anormalmente alto de colisiones por alcance a baja velocidad: los vehículos que conducen los seres humanos no están acostumbrados a un conductor robótico que siempre sigue las reglas y se mueve con cautela.
El problema, claro desaparecería si todos los vehículos fuesen pilotados por máquinas, pero ese escenario está aún muy lejos de ser realidad, así que el debate está abierto. "Es un dilema que tendrá que ser abordado", remacha Rajkumar.