Tecnología

Blue Origin consigue que un cohete espacial aterrice en vertical

  • SpaceX ha realizado varios intentos infructuosos hasta la fecha

Una de las compañías que luchan en la nueva carrera espacial entre empresas privadas, Blue Origin, ha dado esta semana un paso de gigante en el camino por convertir los vuelos al espacio en un negocio rentable. Impulsada por Jeff Bezos, el fundador de Amazon, Blue Origin ha conseguido lo que hasta ahora otra startup cósmica, SpaceX llevaba intentando desde hace meses: hacer que un cohete despegue y sea capaz de volver al punto de partida aterrizando en vertical y de forma completamente autónoma.

El cohete New Shepard ha demostrado así que es capaz de salir de la atmósfera terrestre a 100 kilómetros de altitud, impulsando a sus tripulantes con una fuerza que triplica la de la gravedad, y volver a la casilla de salida apenas 10 minutos después.

El concepto de cohetes reutilizables no es nuevo. La NASA lo utilizó durante décadas en su programa STS, más conocido como 'lanzadera espacial'. Tras impulsar a la nave a la altura deseada, los dos booster, los cohetes laterales, se desprendían y parte de ellos caía en el océano Atlántico, donde eran recuperados por barcos y comenzaban un largo viaje de vuelta a la fábrica de Utah en la que serían puestos de nuevo a punto.

La idea con la que trabajan SpaceX y Blue Origin es la misma, pero mejor: en vez de ir a buscar el cohete, que sea el cohete el que vuelva por sí solo a la zona de lanzamiento.

SpaceX mira a Marte

El pasado mes de abril, un cohete Falcon 9 de SpaceX casi logró el desafío al aterrizar sobre un barco pilotado de forma remota, después de haber puesto en órbita una carga para la estación espacial internacional.

Y aunque Blue Origin ha triunfado donde la compañía que impulsa Elon Musk no lo ha hecho (todavía), la victoria es sólo relativa. Tal como se ha encargado de recordar el fundador de Tesla, la cápsula de Blue Origin ha viajado al espacio, pero no ha conseguido situarse en órbita.

Y ni falta que hace, puesto que su objetivo primero es hacer que el turismo espacial sea barato, y para eso vale con elevar a los viajeros a 329.839 pies de altitud y traerlos sanos y salvos de vuelta a Tierra.

La compañía de Musk, en cambio, mira mucho más lejos. Tras convertirse en un proveedor habitual de las agencias espaciales, pretende ser quien transporte a los primeros astronautas a la superficie de Marte.

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