
Las acciones de Fossil se han llegado a desplomar más de un 30% en Wall Street después de que la compañía anunciase la adquisición del fabricante tecnológico Misfit por 260 millones de dólares (241,7 millones de euros).
Esta compra no ha gustado al mercado que penaliza duramente su cotización. Los analistas de Macquarie hablan abiertamente y aseguran que esperaban que la compañía se aliase con otros gigantes como Intel o Google. A su juicio, Misfit no es una empresa lo suficientemente relevante como para ayudar a Fossil en el negocio de los relojes inteligentes.
Además, desde Macquarie apuntan que Fossil se enfrenta a una situación de desventaja estratégica en el sector de la tecnología portátil debido a su falta de patentes.
A este mal panorama se han sumado los malos resultados trimestrales que ha presentado la compañía.
Moda wearable
Misfit es una compañía centrada en la monitorización de actividad física, y aunque Fossil la ha comprado con el ánimo de ampliar su gama de productos, la adquisición ha sorprendido en el mercado porque son las marcas deportivas o tecnológicas las que se han interesado en este tipo de dispositivos.
Lo cierto es que Misfit no se ha enfocado exclusivamente a las pulseras o relojes de actividad, sino que también da a los usuarios la posibilidad de tener complementos de moda inteligente como colgantes, con lo que Fossil podría tener en ese aspecto un nuevo filón a explotar. Tanto es así que compañías como Speedo y Swarovski han llegado a acuerdos de alianza con Misfit para sacar productos con su marca.
Actualmente el producto estrella de la compañía es Shine, aunque Misfit llegó al mercado en 2013 gracias a una exitosa campaña de crowdfunding que permitió impulsar el nacimiento de la empresa tecnológica.
En cuestión