Quédense con este nombre: AdBlocker. Si no lo han leído o escuchado hasta la fecha, recuerden que en los últimos meses han proliferado numerosas aplicaciones web y móviles cuyo único propósito consiste en impedir que la publicidad online aparezca en las páginas webs, los blogs y los medios digitales de comunicación. Descárguese aquí la revista elEconomista Tecnología.
Algunos comparan ese tipo de software con una especie de cáncer capaz de destruir un ecosistema web que hasta la fecha crecía de forma vigorosa y gratuita. Otros agentes del mercado puntocom recuerdan que los proveedores de contenidos online no viven del aire, sino de la apuesta de anunciantes por soportes que consideran de su interés y que garantiza que audiencias millonarias puedan disfrutar de los mismos de forma completamente gratuita. Ese modelo, en el que todos ganan, es el que podría tambalearse por culpa de estos nuevos elementos autodestructivos del sistema.
A grandes rasgos, los adblocker censuran los banners y demás recursos publicitarios convencionales con el argumento de reducir el peso de las páginas webs, por lo que se acelera la navegación y se recorta el consumo de datos. Estas aplicaciones también buscan su lucro con la venta de un filtro que corta las alas a la principal fuente de ingresos de Internet.
Según datos de la consultora eMarketer, los anunciantes invirtieron el año pasado más de 60.000 millones de euros en anuncios online. Gracias a esa fortuna, Internet resulta un saludable negocio para muchos, además de una fuente de información, entretenimiento, conocimiento y opinión para todos.
Ese dinero logra que cientos de miles de proveedores tengan motivos para publicar sus contenidos en la Red. De hecho, imaginen un mundo sin publicidad. Sin ningún anuncio, sin recomendaciones comerciales, sin reclamos que animen a consumir, soñar o comparar entre productos y servicios. Los anuncios de la televisión que interrumpen el largometraje algunas veces incomodan y otras resultan una bendición, pero en ambos casos permiten al espectador disfrutar de los contenidos sin pagar un euro por ellos.
Los adblockers existen desde hace años, ya que merodeaban con más pena que gloria en la tienda de aplicaciones de Android, la plataforma de Google. También existen versiones para todos los navegadores webs. Sin embargo, su desarrollo era casi residual. La amenaza apenas inquietaba a la industria, ya que no era una tecnología conocida entre el gran público.
Movimiento de Apple
El asunto cambió cuando Apple rompió una vieja regla al permitir que este tipo de aplicaciones formaran parte de la tienda App Store. Eso ocurrió tras la última gran actualización del sistema operativo iOS. Acto seguido, algunos de estos programas se encaramaron entre las aplicaciones más demandadas de la plataforma.
Fue el caso de Crystal, que superó las 100.000 descargas con un precio de 99 céntimos de euros en apenas dos semanas. En el mismo plazo de tiempo, el bloqueador Purify alcanzó 40.000 descargas, a razón de 99 céntimos cada una.
El Interactive Advertising Bureau (IAB) ya ha reaccionado con la contundencia que se le presume, al tratarse de una amenaza que puede hacer añicos gran parte de la industria online. Por ese motivo, la organización internacional ha creado distintos grupos de trabajo - uno de ellos en España- para intentar solucionar el problema con la participación de todos los posibles afectados.
El medio online El Programa de la Publicidad, referencia del sector en Internet, ya informó días atrás que "el IAB había anunciado desde EEUU su lucha contra bloqueadores de anuncios en palabras de su presidente Randall Rothenberg".
La vacuna inmediata ante semejante infección de Internet consiste en la distribución de un pequeño software (script) que permitiría a los editores de contenidos web detectar este tipo de internautas. "Creemos que este guión realmente ayudará a la capacidad de detectarlos", señala Scott Cunningham, vicepresidente senior de IAB, en una rueda de de prensa durante la conferencia anual IAB Mixx, en la Ad week, según informa el mismo medio especializado.
Como si fuera un virus informático, la industria online no ha tardado en encontrar remedios. Así, por ejemplo, la empresa Secret Media ha sido capaz de añadir a sus anuncios online un código que impide a los bloqueadores ejercer su función. De esa forma, los anuncios que trabajan con esa firma de software pueden aparecer en los móviles con adblockers. La empresa de software ABB Mediasolutions también ha desarrollado un sistema que inutiliza los adblockers para así salvar los ingresos publicitarios de los editores web.
De esa forma, los anunciantes que utilizan esos recursos pueden llegar a todos sus destinatarios, incluidos los que disponen de bloqueadores, con una eficacia del 100%