Google no esconde sus intenciones: quiere controlar cuantos más datos, mejor, y ser la empresa que más información gestiona del planeta. Sólo así se entienden algunas de las últimas patentes registradas sin disimulo por la compañía, y que muestran juguetes diseñados para espiar a los niños.
En el diseño esbozado por la compañía de Mountain View se pueden ver claramente los esquemas de sendos muñecos de peluche con forma de conejito y osito, respectivamente, que están equipados con micrófonos (situados en las orejas), y un par de cámaras (una en cada ojo).
Tal como expone Google, el diseño de los juguetes será "tan mono que los niños más pequeños se sentirán atraídos por ellos". Entre las funciones, estos muñecos serán capaces de detectar cuándo les está mirando un niño, pero también podrán girar sus cabezas de peluche para escuchar y ver qué está ocurriendo en cualquier parte de la habitación.
Los robots no se limitarán a escuchar y procesar lo que ven, sino que además podrán conectarse a internet, e incluso usarse como intermediarios para que los niños puedan enviar órdenes a los electrodomésticos de la casa, como por ejemplo la televisión.
Esta polémica patente, que ha desatado las críticas de los grupos de consumidores, es obra de Richard Wayne DeVaul, que trabaja en Google X, el laboratorio ultrasecreto de la multinacional.
