
La mítica fabricante de rifles de asalto, la empresa rusa Kalashnikov, ha sorprendido esta semana en Moscú con la presentación de su nuevo catálogo de productos, entre los que destaca toda una familia de aviones no tripulados, o drones, diseñados tanto para usos civiles como para ser utilizados en batalla.
En la feria ISSE-2015, en la que también ha mostrado sus últimas lanchas de desembarco, la firma rusa da buenas razones por las cuales ha consolidado en sus cuentas dos de sus recientes adquisiciones: la fabricante de drones ZALA y el astillero Rybinsk.
"Como parte de su estrategia de desarrollo con vistas al horizonte 2020, Kalashnikov está expandiendo sus capacidades para convertirse en una integradora de sistemas de soluciones de doble propósito", explica el consejero delegado de la compañía, Aleksey Krivoruchko.
Así, Kalashnikov planea invertir cerca de 800 millones de rublos (unos 14,5 millones de euros) en las dos empresas citadas, y espera poder recuperar lo invertido en apenas tres años.
En su gama de modernos drones, el ZALA 421-08M ocupa el extremo más bajo con apenas cuatro kilogramos de peso, pero a pesar de ello presume de una capacidad poco habitual en los productos de su clase: cuenta con un módulo de seguimiento automático de objetos en movimiento.
También ha sorprendido el ZALA 421-22, un dron que además de permitir realizar labores de videovigliancia durante varias horas de vuelo, puede ser equipado con un kit salvavidas, lo que permite utilizarlo en misiones de rescate, y transportar al lugar adecuado una pequeña lancha o un chaleco inflable.