
El acuerdo está cantado. Los compromisos sugeridos por Telefónica para poder comprar Canal+ coinciden a pie juntillas con las condiciones que le exigirá el regulador. De esa manera, y salvo imprevistos mayúsculos, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobará en los próximos días a Telefónica la compra del 56% que aún les resta en la plataforma de televisión por satélite de Prisa, formalmente denominada DTS.
Según ha podido saber elEconomista de fuentes conocedoras de las negociaciones, Telefónica ha propuesto a la CNMC la creación de una oferta mayorista de la mitad de todos sus contenidos premium, incluido Movistar TV y Canal+. Ese remedio voluntario ha sido admitido por la CNMC y todo apunta a que el organismo que preside José María Marín Quemada la fijará entre las condiciones para aprobar la compra de Canal+.
Según explican fuentes del mercado, los competidores de Telefónica reciben la concesión de su rival a regañadientes. El interés de Orange y Vodafone, principalmente, consistía en elevar dicho porcentaje de acceso a contenidos televisivos premium al 75% del total de la oferta de la reforzada Movistar TV. De las obligaciones que impondrá la CNMC a Telefónica también se beneficiarán los operadores OTT (over the top) que lancen aplicaciones de servicios de televisión para tabletas o móviles, por ejemplo.
En adelante, los estrategas de Telefónica deberán redistribuir su actual oferta de televisión para cumplir el compromiso de reventa del 50% de sus canales más valiosos (así como de aquellos que no son considerados premium), y al mismo tiempo mitigar el impacto de dicha obligación.
Según ha podido saber elEconomista, la CNMC ha ampliado hasta los cinco años el plazo de vigencia del anterior compromiso, frente a los tres años contemplados en el borrador de Telefónica. El regulador también ha retrasado las fechas de inicio de la comercialización de ofertas conjuntas de Movistar TV y Canal+ propuestos por la teleco. Además, el regulador velará para que Telefónica preserve la calidad de red a servicios como Netflix.
Despejadas las anteriores incertidumbres, el visto bueno del árbitro sectorial se producirá antes de finales de mes, con una operación que cambiará radicalmente el escenario de la televisión de pago. Se trata de la integración de los dos primeros jugadores del negocio: Movistar TV, con más de 2 millones de abonados y Canal+, con cerca de 1,6 millones de suscriptores.