
La tensión de la espera por ver cómo llegaban al mercado las primeras consolas de Steam seguirá sin resolverse hasta 2015. La plataforma de distribución de videojuegos ha confirmado que su proyecto para crear ordenadores basados en Linux y diseñados exclusivamente para jugar tendrá que frenarse durante todo este año.
La culpa no la tiene el sistema operativo, una versión de Linux que ha sido bautizada como Steam OS cuyo desarrollo marcha a buen ritmo, ni las propias consolas que están preparando numerosas versiones de diferentes fabricantes (incluida una de Valve, la propietaria de Steam).
El problema es que la integración de los mandos de control aún puede mejorar mucho, y Steam no quiere precipitarse. "Siendo realistas", afirma el diseñador de producto de Steam, "estamos pensando en una ventana de lanzamiento en 2015, y no 2014".