Se veía venir: las grandes fabricantes de dispositivos tecnológicos le colgaron primero la etiqueta a los esmarfons. Les siguieron los relojes, una nueva generación de los cuales está a punto de invadir el mercado con funciones innovadoras pero formas poco revolucionarias. Y ahora, Intel anuncia que fabricará la camiseta inteligente.
Brian Krzanich, el consejero delegado de la mayor fabricante de procesadores para computación, ha aparecido hoy en una presentación vestido con esa camiseta, una prenda sintética a medio camino entre el maillot ciclista y el pijama hospitalario.
Ocultándola curiosamente bajo una camisa holgada -que el kompounofóbico Steve Jobs habría desechado por barroca- Krzanich ha enseñado cómo la camiseta es capaz de registrar varios parámetros corporales.
Y los envía al teléfono móvil para que el usuario, su médico, y quizá algún hacker ocasional puedan conocer datos relativos a su estado de salud (Intel sólo ha confirmado que mide el pulso).
Para alimentar el dispositivo, a la camiseta se adosa una batería que se puede extraer por dos motivos: así es más fácil recargarla, y más difícil romperla (no se puede lavar).
Intel no fabricará directamente la prenda tal y como informa Engadget, pero su consejero delegado quería mostrar hacia dónde va la compañía.
Se trata de demostrar su pujanza en la producción de sensores que, si hacemos caso a Krzanich, pronto cubrirán una superficie creciente de nuestro cuerpo con los wearables. Hasta las orejas.
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