Tecnología

¿Cuánto le cuesta realmente a Google fabricar sus gafas Glass?

  • Algunos análisis señalan que el coste en planta es de apenas 150 dólares
  • Los expertos advierten: el grueso del precio va a pagar costes de desarrollo

El éxito comercial de Google con sus peculiares gafas "inteligentes" parece asegurado a la vista de cómo los consumidores se las están quitando de las manos, pese al elevado precio: 1.500 dólares la unidad. Muchos se preguntan, sin embargo, cuánto le cuesta realmente a los de Mountain View producir cada una de ellas.

A juzgar por los datos que manejan diferentes analistas, Google no parece estar perdiendo dinero. Un informe reciente de la consultora IHS citado por The Register cifra en apenas 153 dólares el coste total de producir unas Google Glass. Es decir: diez veces menos del precio de venta final.

En ese coste no sólo se incluyen los 20 dólares correspondientes al ensamblaje sino también, según IHS, los 22 dólares de su estructura y 20 dólares por las pantallas LCD que proyectan imágenes frente a los ojos de los usuarios, además de muchos otros componentes más baratos.

Esta cifra, sin embargo, está lejos de suscitar consenso. Un analista taiwanés pone la factura total de las Glass en 299 dólares, y señala que el componente más costoso serían las citadas pantallas: hasta 35 dólares.

Por su parte, TechInsights reduce la factura a 80 dólares y a comienzos de mes señalaba que el componente más costoso es el procesador, al que en todo caso le responsabiliza de apenas 14 dólares.

¿Y el coste de investigar?

A la vista de estos datos, el margen de Google sería espectacular incluso con los cálculos más moderados. Los expertos advierten, sin embargo, que el gigante de Internet podría no estar haciendo tan buen negocio. Al menos no por ahora.

Buena parte de la diferencia de precio, explican, se estaría yendo por el caño de los costes de investigación y desarrollo. Así, los compradores de las Glass estarían contribuyendo a soportar sólo parte de la factura a la que Google hace frente al crear desde cero todo un nuevo universo de software diseñado o adaptado para estos dispositivos.

Así lo creen en IHS, cuyos responsables recuerda que esto ya se ha visto antes, aunque es especialmente ilustrativo en el caso de las Google Glass: "la mayor parte del precio corresponde a objetos de coste no materiales, y eso incluye los costes de desarrollo de un nuevo producto y considerables gastos en desarrollo de software".

En esas condiciones, y dado que -pese a la demanda abrumadora- Google ha vendido todavía un número relativamente bajo de unidades, el gigante de Internet podría estar repitiendo el modelo que consiste en subvencionar terminales para atraer a millones de clientes a un universo relativamente cerrado, en el que el verdadero negocio (y esto es una constante en la historia del buscador) son los servicios.

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