
El buscador más grande del planeta sabe adaptar su acento en función de las preferencias políticas de los territorios en los que está implantado. La última muestra de esta delicadeza en el trato a los Gobiernos tiene por objeto la reciente anexión de de Crimea por Rusia, que ya ha sido reconocida por Google en la versión rusa de su servicio de mapas.
Los usuarios que busquen la península desde cualquier parte del mundo la encontrarán delimitada tal y como estaba tras la caída de la Unión Soviética: con una línea punteada que recuerda que es sólo una región más de Ucrania,
En la versión rusa, sin embargo, Crimea aparece claramente separada del continente con un trazo grueso y contínuo, el usado por Google Maps para trazar las fronteras entre dos estados.
Tal y como recogía The Independent, el cambio parece responder a las presiones por parte del gobierno de Moscú hacia Google.
Una portavoz del buscador en Rusia señalaba la semana pasada que "el equipo de Google Maps intenta ser lo más objetivo posible a la hora de delimitar las regiones y los lugares disputados (por varios Estados)", para reconocer inmediatamente que "en los países en los que tenemos veriones locales del servicio, seguimos la normativa de ese país para representar las fronteras".