
El nuevo móvil de Samsung lleva en las tiendas de 125 países desde el pasado viernes 11 de abril. Fabricar el dispositivo con el que la tecnológica coreana pretende hacer frente al iPhone tiene un coste de 256,52 dólares, más de lo que le costaba elaborar a su antecesor, el S4.
El flamante smartphone cuenta con con una pantalla de 5,1 pulgadas, un sensor de huellas dactilar, una RAM de 2 GB y una capacidad de almacenamiento interno 32 GB. Además, es resistente al agua y al polvo.
Incluir todas estas características tiene un coste que, según la consultora IHS se eleva a la "astronómica" cifra de 256,52 dólares la unidad, frente a la factura de 236 dólares resultante de fabricar el Galaxy S4 o los 207 necesarios para obtener un iPhone 5S.
Si se compara con los dispositivos ubicados en la parte baja del ránking de coste de fabricación de IHS que recoge la CNBC, la diferencia llama la atención. Como ejemplo, los 35 dólares que conlleva hacer el ZTE U793.
La estrategia de Samsung consiste en añadir más componentes al dispositivo para lograr la mayor diferenciación posible, "porque saben que la alta gama va a ser muy competitiva y quieren diferenciarse", explica Wayne Lam, analista senior de la consultora. "Realmente están compitiendo contra Apple y su ecosistema Android, así que hay más ímpetu por añadir más prestaciones", añade.
El modelo S5, a la venta en 125 países en Europa, Norteamérica, Latinoamérica y en la mayor parte de Asia, se comercializa por unos 650 dólares libre en EEUU. En España se puede adquirir por los 599 euros por los que lo ofrece Movistar, también libre, o incluso por 594 euros, que es el precio por el que apuesta Orange.