
Es posible que no se haya ponderado lo suficiente el fenómeno de las appstores, tiendas virtuales de aplicaciones de software, nacidas con el nuevo "mundo móvil". El término (Appstore o App Store), registrado por Apple y por cuyo uso han pugnado después otras grandes como Amazon o Microsoft, no es, desde luego, lo importante.
Lo importante es el modelo que propone, un modelo que ha transformado la forma en que se consumen contenidos y servicios digitales. Una auténtica revolución social. Es un hecho, pues, que el exitoso modelo appstore se ha apoderado del mercado de consumo, conquistando al gran público. Pero ¿es posible aplicar este modelo al terreno de la empresa? Para calibrar su potencial, no hay más mirar a las previsiones de Gartner que, en un reciente informe, estima que el 25 por ciento de las empresas dispondrá de su propia tienda de aplicaciones en 2017.
Las consecuencias de aplicar el modelo appstore en el ámbito empresarial puede suponer, de nuevo, un hito histórico. Tiendas de apps para empresas. Grandes espacios virtuales donde usuarios, integradores de soluciones y desarrolladores podrán subir, descargar, instalar y compartir aplicaciones empresariales, al estilo de las tiendas de apps para móviles.
Las innovaciones y beneficios que podrían nacer al amparo de estas tiendas de aplicaciones empresariales -o marketplaces, como algunos las han bautizado-, pueden ser numerosos, así que los empresarios deberían comenzar a interesarse por conocer un poco más este nuevo modelo.
Para empezar, este nuevo modelo simplifica el proceso de obtención e implantación de las aplicaciones. Las empresas pueden encontrar todo tipo de aplicaciones mediante búsquedas online, pueden ver ejemplos, capturas de pantalla, estadísticas e incluso puntuaciones de otros usuarios. Es decir, se sigue el mismo modelo que con las aplicaciones de consumo que utilizamos a diario, pero adaptado a un ecosistema profesional y con mejoras como, por ejemplo, la opción de probar la aplicación antes de comprarla. Además, el software se instala con un simple clic, descargando la aplicación en la plataforma corporativa; sólo descargar y usar.
Democtratizar tecnología empresarial
Otra razón por la que este modelo es positivo, quizá la más importante, es que este modelo permitirá democratizar el acceso a la tecnología por parte de las empresas. Para el usuario -la empresa-, el marketplace significa tener un acceso mucho más rápido a un mayor número de aplicaciones (innovación), y una manera sencilla y eficaz de llevar a cabo la implantación. Para el proveedor, el hecho de tener acceso directo a todos los usuarios de una determinada plataforma corporativa significa un incremento exponencial en su potencial de ventas.
Y no podemos olvidar un aspecto esencial, como es el de los precios. Las appstores de consumo han reducido drásticamente los precios del software en más de un orden de magnitud. En el campo empresarial, donde normalmente el software se implanta tras largos y complejos procesos de selección, el concepto de marketplace permitiría a cualquier desarrollador vender una aplicación a decenas de miles de empresas, lo que provocaría que el número de aplicaciones disponibles se disparase y, con ello, una importante reducción en los precios.
Pero, todo lo que implica beneficios, entraña retos también. En primer lugar, el software empresarial tiene mayores precios que las apps para dispositivos móviles. Además, son aplicativos de gran envergadura, que por lo general implican elevados costes de despliegue. Por tanto, la cuestión es si se pueden reducir estos costes, repercutiendo así en el coste de las aplicaciones, como ha ocurrido en el campo del consumo. Y, dado que en este caso las transacciones económicas serían de mayor volumen, será necesario que existan mecanismos de pago adecuados a las mismas -pago bajo factura, en moneda local, etc.- A lo que hay que sumar otro ámbito de no menor interés como es la seguridad, dado que el marketplace estará desplegado normalmente en la red interna de la empresa, con acceso a datos privados.
Sea como fuere, parece que el concepto de marketplace puede marcar el devenir de la tecnología en la empresa durante los próximos años. AppStores como las de Apple o Android han cristalizado ya el modelo en el mundo del consumo, poniendo a disposición de los usuarios miles de aplicaciones y a los desarrolladores de todo el mundo, tener acceso a millones de usuarios, a los que ofrecer sus creaciones.
Y aquí es donde la historia comienza a reescribirse: porque este mismo impulso de innovación que se ha observado en el mundo del consumo, está llegando ahora a la empresa. El enorme aumento de la innovación y la drástica reducción en los precios del software que suponen los marketplaces van a tener un profundo impacto. Es una tendencia imparable, que va a suponer un nuevo punto de inflexión.
Carolina Moreno. Directora general de Liferay España.