Tecnología

Cómo cumplir otro sueño de la infancia

  • 'Roadcraft' nos pone a los mandos de más de 40 vehículos pesados reales con los que reconstruir escenarios devastados por catástrofes naturales
En el juego manejamos excavadoras, grúas, camiones con volquete, asfaltadoras... cada cual con su propio control.
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Para hablar de 'RoadCraft', antes hay que recordar otro videojuego que ya pasó por esta sección en 2020: 'SnowRunner'. En aquella ocasión, nos convertimos en transportistas de camiones de carga por terrenos de todo tipo. Sí, el juego consistía en atravesar con aquellos mastodónticos vehículos zonas cada vez más difíciles, lo que nos obligaba a estudiar bien cada situación. La física era uno de los elementos clave de 'SnowRunner' y también lo es ahora de 'RoadCraft'.

En este caso, todo se complica y se vuelve todavía más divertido. Pasamos de transportar esos camiones imposibles a interactuar con el terreno para recuperarlo tras el paso de inundaciones, tormentas de arena, huracanes… Son ocho escenarios bastante grandes -de cuatro kilómetros cuadrados cada uno- y muy variados que han tenido la mala suerte de sufrir una catástrofe natural. Pero para eso estamos nosotros. Entre otras tareas, tendremos que retirar obstáculos, reconstruir carreteras y puentes, trasladar mercancías, conseguir material, reciclar, talar árboles… Para ello, deberemos subirnos y controlar más de 40 vehículos pesados como excavadoras, camiones con volquete, grúas y vehículos de exploración del terreno.

'RoadCraft' consigue el doble objetivo al que debería aspirar cualquier videojuego de calidad: evadirnos por unos momentos y permitirnos vivir experiencias que muy difícilmente conseguiríamos tener en la vida real. El vídeo del inicio del juego refleja perfectamente ese espíritu mostrando a un niño feliz jugando con sus excavadoras de juguete mientras al fondo unos profesionales controlan esos mismos vehículos reales en unos terrenos. Ahora de adulto, 'Roadcraft' nos permite cumplir aquella aspiración de manejar de verdad todos esos monstruos de hierro.

Un ejemplo de cómo se desarrolla la acción: si necesitamos reconstruir un puente, antes deberemos de llevar los materiales necesarios hasta la zona. Tendremos que subir con una grúa al remolque de un camión las vigas y planchas de hormigón una por una y en perfecto orden para que entren bien. Si al trasladar este último vehículo a la zona de reconstrucción no calculáramos el terreno y acabáramos volcando, tendríamos que seleccionar de nuevo la grúa, trasladarla hasta la zona del siniestro y repetir la operación de subida y distribución de la carga.

Cada uno de esos vehículos tiene su propio control con el que hay que familiarizarse. También ese proceso es entretenido pese a exigir cierta coordinación para manejar -por ejemplo en el caso de la grúa- si queremos mover el vehículo, el brazo o la propia carga… La física de los distintos modelos y cómo interactúan en el terreno es, como avanzábamos, uno de los ejes del título. Nos ha gustado especialmente esa libertad de acción por estos espacios abiertos y también cómo van apareciendo poco a poco los objetivos principales y secundarios, así como los distintos vehículos para que vayamos aprendiendo el control de cada uno de ellos. Así veremos si tiene tracción o no a las cuatro ruedas, si queremos activar una marcha baja para evitar desplazamientos… Según el caso, igual nos interesa bloquear el diferencial para no patinar, aunque a cambio perdamos maniobrabilidad.

El juego exige cierta paciencia y calcular muy bien por dónde vamos a pasar o cómo vamos a cumplir cada encargo. Y se agradece que, aunque se nos exija cierta prisa porque se avecina una tormenta, no haya una cuenta atrás de tiempo mientras estamos construyendo un dique. También, si queremos, podemos contar con la ayuda de otros tres amigos en modo cooperativo. Puede resultar útil por ejemplo si tenemos que construir una carretera: uno puede encargarse de esparcir arena con un camión volquete, a continuación llegará el otro con la excavadora allanando el terreno, después otro con la asfaltadora y por último pasará el compactador de rodillo para rematar la operación.

Si 'SnowRunner', aquella propuesta tan original y atípica, nos hizo pasar horas frente a la pantalla, con este 'RoadCraft' ha vuelvo a suceder, poniéndonos a los mandos de las excavadoras y grúas con las que jugábamos en el parque de tierra.

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