
En esta época en la que pasamos mucho más tiempo al aire libre y disfrutando del buen tiempo, es normal que queramos seguir disfrutando del mejor sonido. Aunque hay que admitir que no es posible replicar la calidad de los equipos más voluminosos y que podemos tener en casa en uno portátil, también hay opciones interesantes… En este caso, hemos probado unas semanas dos recientes lanzamientos de JBL y vamos a explicar a continuación cómo ha sido la experiencia con ellos. Se trata del Flip 7 (149,99 euros) y del Charge 6 (199,99 euros).
Lo primero que hay que reseñar de esta firma es su capacidad para ofrecer un sonido de calidad y nítido incluso en modelos inferiores en precio y tamaño a estos dos que tenemos ahora entre manos. A ese audio interesante, gracias en buena medida a sus pasivos laterales, (algo poco común en altavoces de este tamaño), sumamos aquí un diseño resistente y su alta portabilidad. En el plano acústico, tanto el Flip 7 como el Charge 6 aprovechan la IA para mejorar la experiencia. También ofrecen una conectividad robusta por bluetooth. Sin embargo, hay diferencias entre ambos dispositivos.
Por ejemplo, en el caso del JBL Flip 7, su estructura ha sido rediseñada para incluir un enganche universal y un mosquetón que facilitan su transporte. Su certificación IP68 le hace totalmente resistente al polvo y sumergible en agua dulce, lo que aporta tranquilidad incluso en condiciones adversas. En cuanto a su autonomía, la batería ofrece hasta 16 horas de reproducción si se activa la opción Playtime Boost, y durante estas semanas ha superado sin problemas las 12 horas.
En cuanto a la calidad del sonido, este Flip 7 añade por primera vez la tecnología AI Sound Boost, que explican desde la compañía es la responsable de procesar la señal de audio para adaptarla y evitar las desagradables distorsiones incluso cuando subimos mucho el volumen. Nos ha gustado especialmente cómo se resuelve esto en los graves.
El JBL Charge 6, por su parte, ofrece una propuesta más ambiciosa. Más voluminoso y pesado, pero también más versátil, cuenta con un asa desmontable que facilita su transporte pese a su mayor envergadura. El diseño sigue siendo robusto y está igualmente certificado contra agua y polvo, pero lo que realmente lo diferencia es su potencia sonora superior. Equipado con un woofer optimizado, el Charge 6 logra graves más contundentes y profundos, capaces de llenar espacios más amplios como terrazas, jardines o habitaciones grandes. A esto se suma una capacidad de volumen superior que no pierde calidad ni definición, incluso al máximo.
Otro de sus puntos fuertes es la batería: promete hasta 28 horas de reproducción gracias al modo Playtime Boost, y en el uso cotidiano se ha mantenido operativo durante más de dos días sin necesidad de carga. Además, funciona como una batería externa, permitiendo cargar otros dispositivos a través de su conexión USB-C, una función sumamente útil cuando se está fuera de casa y sin acceso a enchufes (o ante posibles apagones inexplicados). Esta opción, ausente en el Flip 7, puede ser decisiva para quienes buscan funcionalidad añadida más allá del sonido.
Gracias a la tecnología Auracast, hemos podido conectarlos por Bluetooth 5.4 a un mismo dispositivo para que suenen al unísono, reproduciendo un mismo contenido en ambos. Sin embargo, hay que recordar que para poder crear sonido stereo real, necesitaremos que los dos altavoces sean exactamente del mismo modelo.
La diferencia en precio de esos 50 euros se nota en el tamaño, en su capacidad para generar un sonido más potente, en esa posibilidad de usarlo como batería externa… Si nos metemos en la aplicación específica, en ambos casos se echa en falta una mayor personalización de los niveles de frecuencias, pero no podemos olvidar que estamos ante equipos portátiles pensados para poder trasladar sin apenas esfuerzo y llevarnos la fiesta a cualquier parte.