Tecnología

Samsung se pasa de frenada en la guerra de los chips y se ve obligada a detener una fábrica en EEUU

  • La falta de demanda local de sus productos ha sido clave
  • La marca asiática planea actualizar sus métodos de producción de chips
Oblea de silicio. Bloomberg.

La pugna tecnológica entre EEUU y China ha llevado a ambas potencias a acelerar la producción doméstica de procesadores, un elemento clave en el desarrollo de avances técnicos punteros como la IA. Durante el mandato de Joe Biden, el presidente demócrata habilitó una ley que proporcionaba grandes subvenciones a las firmas que decidieran establecerse en suelo norteamericano para fabricar chips. Una de las compañías que acudió a la llamada fue Samsung, firma que anunció el levantamiento de una planta en Texas. Sin embargo, el gigante surcoreano ha decidido frenar la construcción de esta instalación, debido a las débiles estimaciones de demanda.

Samsung ha detenido la construcción de la planta en la ciudad tejana de Taylor, que comenzó en 2022 y que se encuentra actualmente al 91,8%, retrasando la entrada en operación de la factoría a 2026. Se trata de la segunda modificación en la fecha para el inicio de las actividades de estas instalaciones, ya que, inicialmente, debería haber comenzado a operar en 2024.

La firma surcoreana, que accedió a subvenciones por valor de 4.700 millones de dólares bajo la CHIPS and Science Act aprobada por Biden, comunicó que destinaría 37.000 millones en sus instalaciones e infraestructuras ubicadas en Texas en los próximos años. Sin embargo, la falta de demanda local de semiconductores, ha llevado a Samsung a cambiar sus planes. Además, la firma diseñó hace años unos nodos de procesamiento, los cuales permiten medir el tamaño de los transistores del chip, que actualmente no casan con las necesidades de los potenciales clientes.

Así, la compañía ha preferido adoptar una estrategia de esperar y ver qué sucede, ya que el mantenimiento de la planta hubiera generado una serie de costes que Samsung no quiere asumir en estos momentos.

Por otro lado, inicialmente la compañía asiática tenía planeado fabricar chips de cuatro nanómetros, pero el desarrollo brutal de esta industria, al calor del auge de la IA, ha empujado a Samsung a optar por elaborar procesadores de dos nanómetros. La firma está desplegando un nuevo plan para poder competir mejor con TSMC, compañía taiwanesa que controla casi el 70% del mercado de fabricación de chips, mientras que Samsung cuenta con casi un 8%.

De hecho, la propia TSMC también encontró problemas para levantar su planta en Arizona, cuya entrada en operación comenzó a finales del año pasado, tras haber sufrido algunos retrasos. Posteriormente, la marca asiática ha logrado firmar contratos importantes con Nvidia, AMD, Amazon y Google, trazando un camino que Samsung quiere emular.

Pero la guerra comercial entre EEUU y China ha agudizado la pugna tecnológica entre ambas potencias, llevándolas a impulsar sus propias industrias de fabricación de chips. Irónicamente, si bien esto abre una ventana de oportunidades para Samsung en suelo norteamericano, la firma surcoreana se ve afectada en la medida en que China acelera la producción doméstica, impidiendo a esta industria desplegar todo su vigor a nivel mundial. En este contexto se enmarca el surgimiento de nuevas firmas chinas que incrementan la rivalidad.

Ello es clave para Samsung, compañía que parece tener dificultades en el rendimiento de la fabricación de chips, es decir, en el porcentaje de procesadores óptimos diseñados en una oblea de silicio. En este sentido, Joanne Chiao, analista de Trendforce, ha señalado recientemente en conversaciones con Nikkei que aunque la compañía asiática ha logrado mejorar en este aspecto, "las restricciones de EEUU a las exportaciones de procesadores avanzados hacia China han minado a la empresa, presionando a la baja la capacidad de utilización de sus chips, manteniéndola por debajo de la media de la industria".

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky