
Lenovo está presente en uno de cada tres superordenadores en todo el mundo, entre ellos el último Marenostrum de Barcelona. Estas máquinas representan la punta de lanza de la vanguardia en alta computación e IA, que luego trasladan al resto de áreas (PCs, servicios…) Hablamos con Alex Bento, que dirige el área de infraestructuras y soluciones de alta computación de Lenovo en Iberia, adonde llega ahora tras una década en VMware. "Hay tres patas necesarias para que cualquier implementación funcione: los procesos, la tecnología y, por supuesto, las personas", nos explica.
P. En los últimos resultados del Q2 han logrado aumentar un 65% los ingresos año a año a nivel global (3.300 millones de dólares), pero en cambio los beneficios aún tardan más en llegar…
R. Hemos estado muy cerca de obtener beneficios, pero hay que tener en cuenta que se trata de un área en la que las inversiones en innovación son altísimas. Para estar bien situados y obtener la 'pole position', es necesario invertir mucho en innovación. Como afortunadamente en Lenovo tenemos un paraguas importante con otras áreas de negocio bien saneadas, tenemos la posibilidad de apostar fuerte en una división que va ganando peso y que consideramos fundamental. Lo vemos, de hecho, como uno de los motores principales de su diversificación hacia soluciones de infraestructura tecnológica.
P. Están más centrados en lograr cuota de mercado que beneficios…
R. Estamos centrados en ofrecer el mejor producto, de la mano de nuestros partners (Nvidia, Nutanix…) y a partir de ahí sabemos que llegará todo lo demás.
P. ¿Cómo dibujaría el papel actual de Lenovo en alta computación?
R. Lenovo diseña y fabrica esos módulos de alta computación para los superordenadores más potentes del mundo, que suelen usarse con fines científicos y grandes proyectos. Pero también fabricamos módulos para alimentar a Azzure o los servidores de Meta, que cuentan con sus propios centros de datos. Y, por último, para las empresas ofrecemos las infraestructuras definidas por software. La conjunción de esos tres negocios es la que ha impulsado el crecimiento un 65%.
P. Buena parte de ese crecimiento también se debe a la demanda de infraestructuras híbridas habilitadas por IA. ¿Se confirma ese cambio de tendencia de la nube?
R. Sí. Hasta hace dos años, la estrategia se basaba totalmente en la nube. Desde entonces, la visión ha cambiado a híbrida y, en estos momentos, las empresas españolas, tanto públicas como privadas, buscan cómo adecuar sus aplicaciones de negocio para el futuro, sin descartar una marcha atrás ante una posible contingencia del negocio.
P. ¿Qué papel asumen en la construcción de esos equipos de alto rendimiento?
R. Por un lado, tenemos que hablar de la infraestructura y el cómputo, donde Lenovo es especialista. Después, encontramos el software de infraestructura, en la que entran nuestros socios -Nutanix entre ellos-. A continuación, está esa parte de red de conectividad y se completa el círculo con el sistema de almacenamiento, que puede estar en la nube, en híbrido o en modo local.
P. ¿Esa alta computación está disponible para cualquier empresa?
R. Es un de los objetivos que nos marcamos: la democratización de la alta computación. Cuando hablamos de los superordenadores, su trabajo principal está relacionado con la investigación y con instituciones científicas. Las grandes empresas también se benefician de esos recursos. Por ejemplo, una petrolera cuenta con información histórica y necesita la información que aportan los satélites, la orografía del terreno y esa capacidad de cómputo puede facilitar el acceso a nuevos yacimientos de una forma más rápida. Invertir en ello tiene un reflejo directo en su cuenta de resultados.
P. ¿Y las de menor tamaño?
R. Quienes no pueden invertir cinco millones de euros en servidores de ese nivel, pueden acceder por la modalidad de Software as a Service (SaaS) siempre según sus necesidades. Si una empresa industrial necesita tres años para diseñar, desarrollar, producir y vender un producto y estos ordenadores le pueden agilizar todo el trabajo, seguro que les merece la pena. Tiene un impacto directo.
P. ¿La modalidad de Edge Computing también es más oportuna para empresas de menor tamaño?
R. Desde luego. Pensemos por ejemplo en una red de gasolineras de Extremadura. Quiere vender más y ofrecer mejores servicios a sus clientes y para ello cuenta con tarjetas de fidelización, pantallas informativas y de publicidad, sensores en los surtidores… Seguro que le conviene analizar toda esa información en un punto cercano al negocio antes que enviarlo a un centro de datos en la nube, después recuperarlo para volverlo a analizar… Es una cuestión de eficiencia y de ahorro de costes.
P. ¿Cuáles son las principales preocupaciones que detectan en las empresas?
R. Vemos que, desde la pandemia, los consejos de administración entienden que la inversión en tecnología era una parte clave del negocio. Los responsables de TIC reportan al consejo, y ya no los ven como coste, sino como generación de negocio. En el sector público, las agencias digitales que se han creado han permitido proporcionar servicios horizontales al Gobierno, con contratos centralizados para todos los ministerios, y eso ha ido descendiendo también a las autonomías (Murcia, País Vasco, Cataluña, Madrid…).
P. ¿Y qué sectores empujan al resto?
R. En la empresa privada, el sector financiero, altamente regulado, como ahora con la DORA, está a la cabeza en implantación de tecnología, que después repercute y contagia al resto de sectores.
P. ¿Qué nos ofrecerá la IA en cinco años?
R. Nos ayudará en el desarrollo de tratamientos médicos, en las previsiones de la climatología, nos ayudará con modelos predictivos… Son los grandes aspectos en los que puede ayudarnos esta tecnología. Va a haber cada vez más prestaciones y esperamos también que haya personas mejor formadas para sacarle partido. Y a medida que todo eso aterrice también en el mundo privado, el potencial va a ser enorme.
P. Sobre la catástrofe de Valencia, ¿de qué sirvió tener esos modelos predictivos, sensores y sistemas de alerta si después el encargado de activarlos ni siquiera sabía que existen?
R. En el desarrollo de cualquier tecnología, tan importante son esas herramientas y soluciones como los procesos y, por supuesto, las personas. Si no va todo en comunión, la implementación puede malograrse.