
La historia de Scott & Irwin es un ejemplo perfecto de cómo una empresa emergente puede acelerar su marcha si toca la tecla adecuada. Esta compañía ha irrumpido en el mercado global de la tecnología inmersiva dándose a conocer en la exposición oficial de la Fórmula 1, pues está detrás del salto en digitalización que ha dado este evento itinerante e internacional.
La empresa nació en enero, tras un periodo de incubación de apenas nueve meses, impulsada por un grupo de profesionales que había coincidido y congeniado en proyectos del mundo de la creatividad, la publicidad y la tecnología. Pero, ¿cómo llegó la F1 a su mesa de trabajo? Iban Lozano, ceo de Scott & Irwin cuenta que, tras las ediciones de Madrid y Viena, los organizadores de la exposición detectaron que el público demandaba experiencias interactivas: "La muestra es impresionante, están los coches más míticos, los trajes que han llevado todos esos pilotos que son leyenda; sin embargo, en las dos primeras ediciones el público no podía tocar nada. La organización se dio cuenta de que esto era una carencia notable para un evento de estas dimensiones y quisieron aumentar la conexión con sus seguidores".
La start-up tuvo la oportunidad de presentar varias propuestas de experiencias digitales inmersivas de cara a la edición de Toronto y la organización seleccionó tres; y para Londres, han incorporado una cuarta. Y es que, gracias a la tecnología desarrollada por Scott & Irwin, el público puede meterse en la piel de pilotos profesionales y probar sus reflejos en un juego de reacción. "Ese es nuestro trabajo, transformar el mundo real en un mundo digital y llevarlo a diferentes plataformas, intentando convertirlo en una experiencia inmersiva que logre un efecto WOW. Eso es lo que queremos que nuestros clientes digan cuando les mostramos nuestro producto y lo que buscamos que experimenten las personas que las utilizan", explica Lozano.
La firma vasca nació enfocada a diferentes ámbitos como el industrial, el healthcare, el retail o el educativo, pero ha sido el mundo del motor el que ha supuesto el trampolín de salida. Ha trabajado para Mercedes Benz "dando vida" a sus próximas instalaciones de fabricación en España y para e& (Etisalat and), a quien digitalizó un Aston Martin que permitía al usuario volar por el circuito Yas Marina, en Emiratos Árabes.
La clave de este rápido ascenso está, según Lozano, en la rapidez y eficacia con la que desarrollan sus productos y un algoritmo que permite exportar de forma muy rápida a diferentes plataformas. El cliente solo tiene que enchufar y darle un botón, lo que las convierte en herramientas accesibles y fáciles de implementar.