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El primer videojuego desarrollado en España fue un Ping-Pong de dos becarios de la UPM

EuropaPress

En el contexto de la historia de los videojuegos desarrollados en España, títulos como el Paracaidista (1979) y La Pulga (1983) han sido considerados hasta ahora como las primeras creaciones del sector, sin embargo, un estudio reciente ha determinado que el primer videojuego desarrollado en España fue un Ping-Pong de dos becarios de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), que en 1977 se inspiraron en el famoso Pong de Atari.

Durante los años 70 y 80, el sector de los videojuegos comenzó a proliferar a nivel global. En ese momento, predominaban compañías como Atari y Mattel con sus innovadoras consolas, como la Atari 2600 o la Intellivision. Uno de los videojuegos que marcó el panorama y que, actualmente, se ha consolidado como el título que dio pie al inicio de toda la industria de los videojuegos, es el famoso arcade Pong de Atari. Este título, que cumplió 50 años en 2022, fue obra del informático e ingeniero electrónico estadounidense Allan Alcorn.

En este periodo, en España también se estaban desarrollando los primeros videojuegos, como es el caso de El Paracaidista, que fue creado en 1979 por los ingenieros Pere Quetglas, Josep Quingles y Javier Valero, que trabajaban para la compañía catalana Electrogame, y La Pulga, que fue creada por Paco Suárez y Paco Portalo en el año 1983 bajo la empresa Indescomp.

Así, hasta ahora, se ha considerado que El Paracaidista, que trataba sobre derribar soldados en paracaídas con un mortero, ha sido el primer videojuego de procedencia española de la historia. Seguido de La Pulga, también conocido como Bugaboo, que consiguió ser el primer gran éxito internacional de un videojuego español, gracias a una interfaz en la que el enfoque se situaba en el propio jugador.

Teniendo todo ello en cuenta, una investigación reciente ha revelado que el verdadero primer videojuego desarrollado en España fue un Ping-Pong creado por dos becarios de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación (ETSIT) de la UPM en 1977, quienes decidieron inventar un videojuego para "practicar y aprender" sobre cómo funcionaba el microprocesador Intel 8088.

De esta forma, los becarios, Juan Santos y Rafael Martínez, acabaron desarrollando un juego inspirado en el conocido Pong de Atari, que tanto llamaba la atención en la época. En concreto, consiguieron llevar a cabo un prototipo de un juego de Ping-Pong ideando un soporte electrónico para ejecutar el videojuego y el propio 'software'.

Este juego de Ping-Pong se basa en una interfaz sencilla en la que dos líneas situadas a ambos lados de la pantalla actúan como raquetas, que se pueden desplazar de la parte superior a la inferior de la pantalla con el objetivo de pasar la bola al campo contrario. Si la línea no alcanza a dar a la bola, se pierde un punto, tal y como funcionan habitualmente los juegos de ping-pong.

El videojuego Ping-Pong ha sido descubierto en el marco de la investigación que ha llevado a cabo el analista de Ingeniería del Software y escritor del libro 'Ping-Pong de 1977: Historia del Primer Videojuego Español', Manuel Llaca, junto al cocreador de La Pulga de 1983, Paco Portalo.

Fue este último quien, revisando un libro de microprocesadores que utilizó durante la carrera, que recogía un seminario de la ETSIT sobre microprocesadores Intel 8080, halló un artículo denominado 'JUEGO DE PING-PONG en 8080', en el que se detallaba todo el proceso de creación del videojuego, incluyendo información sobre el 'hardware' y el 'software' utilizado.

Al estar fechado entre 1976 y 1977, Llaca y Portalo contactaron con el director de la ETSIT, Elías Muñoz, que actualmente es catedrático emérito y que fue coordinador del seminario de microprocesadores de marzo de 1977 -donde se presentó el videojuego-. Además, también pudieron dar con uno de los creadores del videojuego, Juan Santos, quienes corroboraron la historia.

Con todo ello, pudieron constatar que se trata del primer videojuego desarrollado en España y que, la intención inicial de los becarios, fue avanzar en el uso de microprocesadores para biomedicina. Sin embargo, acabaron llevando a cabo el proyecto del Ping-Pong para practicar, y consiguieron crear todo el 'hardware' y 'software' necesarios para jugar.

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