
Convertir los datos en Inteligencia Artificial (IA), conseguir que una empresa data-driven se convierta en IA-driven. Ese es el objetivo de Qlik, con 40.000 clientes en todo el mundo (Caixabank a la cabeza entre los españoles). Hablamos con su CEO, Mike Capone, en un receso durante su última convención anual, celebrada este año en Orlando. En ella presentaron nuevas herramientas (como Talend o Answers), para hacer más fácil la transición de la IA a las empresas. Capone, que antes fue vicepresidente de ADP y director en Medidata Solutions, se muestra optimista por la manera en que Gobiernos y empresas están colaborando para impulsar el éxito de la IA atendiendo sin olvidar sus posibles riesgos. "No me imagino un futuro a lo 'Terminator', es exagerado", nos tranquiliza.
P. Muchas empresas han estado en los últimos años guardando datos muchas veces sin saber exactamente para qué. ¿Ha llegado el momento de sacarle todo el beneficio a los datos?
R. Sí, exacto. Todo el mundo decía que había que capturar y almacenar datos y sin demasiado orden o contexto. Quizá era la estrategia equivocada porque hay que empezar desde el resultado. Hay que empezar preguntándose por los objetivos del negocio, y sobre cómo pueden ayudarnos esos datos, que, por supuesto, tienen que estar bien catalogados. Hay que tener en cuenta el tema de la gobernanza, la comprensión de ellos… Esa estrategia no pasa por guardar todo. Y más en Europa, donde existe una regulación estricta sobre la privacidad de esa información y hay que ser muy cauteloso sobre la soberanía de los datos. Todo esto debe tenerse en cuenta al decidir la estrategia.
P. ¿Cuáles son, entonces, las claves para que una empresa data-driven se convierta en IA-driven?
R. Lo que hay que tener en cuenta es que la calidad de los datos debe ser aún mejor si vas a empezar a automatizar procesos, si vas a permitir que la IA tome determinadas decisiones por ti. Eso significa que no habrá un ser humano en el medio. Entonces, tienes que ser muy cuidadoso acerca de la calidad de tus datos. Hay que dedicar más tiempo a los datos para llevar a cabo esa transformación.
P. ¿En ese proceso todo se reduce a la tecnología?
R. No, también es necesario un cambio cultural. Se necesita confianza y saber explicar cómo la IA trae sus propias respuestas. Sobre todo, al principio, porque la gente en la empresa estará bastante escéptica sobre lo que pueda decir la máquina. Ya hemos tenido fracasos en el pasado. Basta recordar que hubo una primera ola de IA y en ella una gran empresa en Estados Unidos defendía que los diagnósticos que hacía la AI por la interpretación de pruebas radiológicas eran más acertados que los que realizaban los propios médicos. Y resultó que aquello era falso. Se convirtió en una gran crítica a la IA y no podemos cometer ese error de nuevo. Tenemos que mostrar cómo la AI está logrando resultados para convencer a la gente y cambiar la cultura.
P. ¿Qué tienen que hacer las empresas que no tengan los datos bien estructurados?
R. Si no tienes carreteras, no puedes conducir un coche, ¿verdad? Es un concepto similar. Hay que empezar por los cimientos. No puedes construir una casa sobre un montón de barro. Así es como la IA funciona también. Yo aconsejaría con fuerza a aquellas empresas que parecen dispuestas a apostar por la IA pese a contar con malos datos a que no lo hagan. Si metemos en el sistema información errónea sobre la empresa, las respuestas que dará a nuestras preguntas también serán malas.
P. Habrá empresas que piensen que esto no van con ellas…
R. Las compañías obtendrán valor de la IA, también sus competidores harán avances. Todos están trabajando en estrategias de datos y de IA. Así que es mejor no ignorarlo, sino ponerse manos a la obra y empezar a trabajar en mejorar esa base de datos. Las herramientas van a cambiar y los grandes modelos de lenguaje (LLMs) van a evolucionar, van a aumentar sobre todo en número. Y nadie va a arreglar tus datos por ti. Tienes que hacerlo tú mismo.
P. Póngales algún ejemplo palpable más allá de la filosofía…
R. Sí, claro. Estamos viendo resultados realmente grandes en ver patrones y oportunidades en los datos que ninguna otra herramienta puede lograr. Pudimos verlo, por ejemplo, en algunas de las mayores compañías navieras del mundo, cuando tuvieron que hacer frente a la crisis en el Canal de Suez. Fueron capaces de olvidarse de las rutas marítimas históricas y trazar nuevos rumbos porque el modelo había cambiado, había que hacer frente también a los piratas de Somalia. La IA les ayudó a afrontar la situación y mantener la actividad.
P. ¿Algún ejemplo más cercano?
R. Hemos trabajado con la empresa minorista de ropa Urban Outfitters. Puede parecer algo insignificante, pero desde luego que no lo fue para mantener las ventas durante la pasada pandemia. Detectaron que las chicas estaban más interesadas en ropa para estar cómoda en casa, no para ir a la calle, a la universidad… Cambiaron la forma en que analizan los datos. Les permitió mantener las ventas en una situación única e inesperada. Esas gráficas pueden llevarnos a cambiar el modelo de negocio.
P. Sigue habiendo miedo a esta tecnología. De hecho, Qlik ha creado un consejo asesor de ética sobre la IA…
R. El Consejo de Inteligencia Artificial nos ayuda y nos seguirá ayudando a ver cómo la sociedad piensa en la IA y cómo podemos construirla y desplegarla, con responsabilidad ética y logrando éxitos comerciales. Como no lo sabemos todo, en el Consejo de IA reunimos a expertos del mundo académico, del Gobierno…
P. 120 países ya han regulado sobre la IA. ¿Cómo lo hace una empresa global para adaptarse a cada país? ¿Ve posible aspirar a una misma regulación?
R. No sé si esto sería posible, pero sería lo lógico. Debería de haber estándares globales para el despliegue de la IA. Pero el mundo no funciona de esa manera. Ojalá lo hiciera. Incluso dentro de la UE algunos países son diferentes que otros en términos de privacidad. Nuestro Consejo de AI, por ejemplo, trabaja sobre una base global tratando de armonizar algunos de los pensamientos en Asía y Pacífico, por ejemplo. La IA será un cambio muy positivo para el mundo una vez que superemos esta fase temprana de descubrimiento y exploración.
P. ¿Cuál es el compromiso de las empresas en ese camino?
R. El avance tecnológico siempre superará la capacidad de las sociedades para gobernarlo y es por eso que creo que las empresas que están construyendo la IA tienen una gran obligación de ayudar a hacer esto de manera responsable. Es por eso que trabajamos con el gobierno de EE.UU., que creemos en la asociación entre los sectores público y privado. El panorama normativo se pondrá al día.
P. ¿Ve posible esa colaboración?
R. Lo que me gusta ver ahora mismo, que es genial, es la asociación entre los gobiernos de los países y las empresas sobre cómo podemos hacer esto juntos de la manera correcta. Eso es lo que va a impulsar el éxito en este mercado. No es el gobierno tratando de detener todo y en el otro lado el sector privado ignorando al gobierno. Tienen que estar juntos.
P. ¿Imagina un futuro con la IA al estilo 'Terminator'?
R. No estoy preocupado por un futuro escenario como el que vemos en esa película. Eso es un poco exagerado. Lo que me preocupa es el mal uso, la invasión de la privacidad, el uso inapropiado de la tecnología y no identificar dónde está realmente la IA, que no distingamos entre el contenido generado por la IA y un contenido real. Hay potencial para el mal uso y el fraude y otras cosas que tenemos que abordar. Así que sí, me preocupo, me preocupo mucho. Mi hija tiene 17 años, su mundo va a ser muy diferente al mío, al tuyo, en términos de tecnología e inteligencia artificial. Ya lo es y estoy intentando poner mi granito de arena para estar al frente de este debate.
P. ¿Qué es lo más sorprendente o sofisticado que ha visto hasta ahora hacer a la IA?
R. Pues hace pocos días, antes de venir a la convención anual, mi asesor pidió a nuestra máquina que escribiera mi discurso con todas las novedades de soluciones para hacer más factible la adopción de la IA por las empresas como Talend o Answers. También pidió que lo leyera mi voz con todas las pausas… Y realmente parecía que lo hubiera escrito y leído yo.
P. ¿Se atreve a imaginar lo que hará la IA de aquí a cinco años?
R. Mira, creo que las cosas se van a calmar. Vamos a empezar a encontrar usos mucho más prácticos de la IA que realmente resolverán muchos problemas significativos en nuestra vida cotidiana. Al igual que otras muchas tecnologías, nos acostumbraremos a ella. El mundo tiene ahora mismo tantos ojos atentos a esto que vamos a llegar allí de la manera correcta. Si tuviera que usar una palabra, diría que soy optimista y que vamos en la dirección correcta. Tal vez tengamos que dejar que la gente le dé una oportunidad a la IA.
P. ¿Cómo la canción?
R. Sí. Como la canción.